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¿Por qué el BCE habla de comprar deuda a plazos cortos?

José Luis Martínez Campuzano - Miercoles, 05 de Septiembre

El mes de agosto hemos estado dominados por los rumores sobre posibles medidas que podría tomar el ECB en su reunión de esta semana. Uno de los más interesantes era la posibilidad de que la autoridad monetaria europea estableciera un techo, explícito o implícito, en las primas de riesgo o en los tipos de interés. Ayer conocimos que probablemente se decantara por comprar deuda a corto plazo, aunque está por definir si esta intervención (condicionada) tendrá como objetivo reducir la inestabilidad del mercado o bajar los tipos de interés de estos plazos hacia niveles más bajos. ¿Cuánto más bajos?.

¿Por qué plazos cortos? para el Presidente del ECB se trata de adoptar medidas de política monetaria que no vayan en contra de la prohibición de financiar el déficit público. Por otro lado, es evidente que son los diferenciales de corto plazo frente a los plazos más largos los que suponen el mejor indicador de la fragmentación del mercado europeo. Y el mejor ejemplo de las dudas sobre la supervivencia del Euro. Y esto es algo que el ECB no puede permitir.

Por el contrario, los plazos a medio y largo plazo pueden reflejar más cosas. Y me refiero a la desconfianza sobre las finanzas públicas del país en cuestión, dudas sobre el escenario político y hasta problemas de liquidez. Aunque parte de la asistencia financiera corresponderá al EFSF (ESM), es claro que el importe de las compras será limitado. Y complicado que puedan por si solas reducir con fuerza las primas de riesgo país.

Dice  Asmussen que es fundamental que las decisiones del ECB no reduzcan la presión para que los gobiernos lleven a cabo las reformas y ajustes que precisa el país. Pero esto debe ser compatible con: 1. las dudas sistémicas no son aceptables en una unión monetaria; 2. que se debe resolver la conexión entre el sector financiero y el sector público; 3. es importante crear un mercado financiero único para solucionar los riesgos derivados de la inestabilidad del mercado; 4. el ECB puede asumir más importancia, como supervisor único, pero sin que afecte su papel en política monetaria, su independencia y sea eficaz con margen de maniobra. Al final, luchar contra la fragmentación de mercados pero sin que ello suponga bajar la guardia contra el ajuste de los desequilibrios por parte de los países más cuestionados. Y esto tiene que ver con el recorte del diferencial de tipos de corto plazo, pero no tan claro cuánto pueden bajar los de largo.

De pronto conocemos las conclusiones del Banco de Italia sobre cuál debería ser el spread de 10 años del btp sobre el bund: 200 p.b. El resto, hasta los 432 p.b. en estos momentos, tiene que ver con las preocupaciones sobre la ruptura del EUR. Dicen.


Quizás tengan razón. Pero, lo cierto, es que al final la forma de convencer al mercado es con dinero. O tomando medidas políticas que supongan de hecho una mutualización del riesgo. La Canciller alemana rechazó esto último de plano. Y el ECB rechaza también comprar la deuda a corto plazo. Además, para algunas autoridades, como el Ministro de economía alemán, el elevado spread (que no las tensiones de tipos) suponen un factor importante de disciplina para los países que centran la desconfianza del mercado.

José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España




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