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Portugal: este rescate no tiene por qué ser el final del camino

Steen Jakobsen, Economista Jefe, Saxo Bank - Sabado, 07 de Mayo He pasado los últimos dos días en Portugal, y me marcho con un marcado sentimiento de que el país se encuentra al final del camino. La reciente crisis fiscal ha concedido al país una verdadera oportunidad única de hacer algo constructivo con el cariz de la situación y con el omnipresente sistema de derechos que se ha construido desde la Revolución de los Claveles en 1974. Portugal está peor de lo que yo creía; pero no solo fiscalmente, sino también por la aparentemente inamovible negación de la situación que lleva a cabo la clase política. Es algo que va más allá de cualquier comparación posible. Toda la retórica política comienza ahí con absurdos paliativos que intentan explicar a los votantes que las cosas podrían ir a peor, que hay otros países cuya situación es más grave, etc. De ninguna de las maneras, políticos: las cosas están muy mal en Portugal. Incluyendo incluso mi propio país -Dinamarca- en la encuesta, es difícil encontrar un país que malgaste más dinero manteniendo el empleo público solamente por satisfacer intereses especiales, en lugar de por el propio interés del servicio público. Un ejemplo: Portugal es uno de los tres países europeos con más gasto per cápita en educación, pero en las encuestas de calidad se encuentra entre los tres últimos del continente. La mayoría de médicos trabajan por 4.000 o 5.000 euros al mes durante 30 años para obtener una pensión garantizada por el estado, solamente por trabajar en turnos de tarde, para poder permitirse la calidad de vida que desean. No hay ningún incentivo o dinámica para abandonar el sector público ya que todo el mundo, y me refiero a todo el mundo, está únicamente motivado para alcanzar la seguridad de la pensión pública, incluso si no garantiza nada más que un nivel de vida tolerable. Pero ¿cómo puede Portugal cambiar? ¿Cómo se puede disociar del lastre y los grilletes de las pensiones y garantías estatales, y convertirse en un país más dinámico y competitivo? Aquí es donde entra la naturaleza especial de los portugueses. A lo largo de la Historia, Portugal ha respondido bien cuando los extranjeros dan un toque de atención que pueda mover el país en una nueva dirección. Por tanto, la agenda planteada por la UE y el FMI con un duro paquete de condiciones puede ser el comienzo de algo mejor. Sin embargo, sigue habiendo cierto riesgo de que el rescate actúe como una herramienta de este sistema existente de "posponer y disimular", al mantener la liquidez por algunos años más. Las elecciones del 5 de junio son clave aquí: ¿verá el mensaje escrito en la pared la clase política portuguesa, o simplemente adoptará la salida fácil y comprará más tiempo? Si damos un paso atrás y aplicamos el microcosmos de Portugal al panorama general en Europa, cada vez me queda más claro que: 1. El mercado infravalora la voluntad y la capacidad del sistema político de la UE para continuar con este juego de posponer hechos, que yo ahora llamo Relajación cuantitativa hasta el infinito. La relajación cuantitativa hasta el infinito es la interminable serie de rescates para cada recién llegado, y la garantía de que el calvario de liquidez seguirá cabalgando con cada corrección del 10 por ciento que veamos en el mercado de renta variable. 2. En relación con el primer punto, y como refuerzo, se encuentra la Primera Norma de la Política en una Democracia: el coste político percibido de no hacer nada en el corto plato y de comprar tiempo, es casi siempre menor al de tomar una decisión tajante. Pero las normas son para romperlas y, de vez en cuando, la dicotomía del político le obliga a escoger entre los riesgos de actuar con mano dura o la certeza de una muerte política. Un claro caso de lo segundo es Grecia. El país heleno fue el primero que necesitó un rescate hace casi exactamente un año. Con la deuda pública griega a dos años cotizando al 25%, ¿cuál es el potencial de un golpe sobre la mesa (en forma de gigantesca restructuración de deuda) comparado con seguir posponiendo y disimulando? Sarkozy y Merkel tienen que empezar a pensar en una reelección en 2012 y 2012, así que forzar el inevitable acuerdo de bancarrota aquí y ahora les ahorrará la vergѼenza de tener que hacer una campaña pro-rescate que les garantice un fracaso electoral. Después de todo, ¿qué es más popular para Merkel y Sarkozy: mandar aún más dinero al agujero negro fiscal del sur de Europa o gastárselo en recapitalizar los bancos alemanes y franceses, respectivamente? Todos sabemos la respuesta. De ahí que mi idea sea que habrá una reestructuración de la deuda griega antes de que finalice septiembre de este año. Seguramente, Trichet no querrá que esto ocurra bajo su mandato, pero ahora mismo es matemáticamente imposible que Grecia no se reestructure. De vuelta a Portugal, el impacto de la Primera Norma de la Política es que el periodo de gracia en el que el país no tiene que rendir cuentas de sus problemas estructurales debe finalizar muy poco después de las elecciones del 5 de junio. Si eso no ocurre, la grave matemática fiscal asegurará que Portugal, por cortesía de la UE y el FMI, se encuentre con un crecimiento cero o peor. Es decir, tendríamos la garantía de que el país no es capaz de crear el crecimiento económico necesario para llenar las arcas públicas y cubrir su deuda púbica, y por supuesto mucho menos reducirla. El riesgo desafortunado aquí es que Portugal dé un paso adelante y dos atrás. Pero, por favor, Portugal: demuestra que me equivoco y haz lo correcto. Tengo mucha fe en los ciudadanos portugueses como individuos; pero como sociedad, el chirriante y pesadísimo sistema de garantías va a estallar sobre vosotros si no se hace estructuralmente sostenible. Los derechos deben ser merecidos y asequibles. Cuando antes se afronte el reto, mejor para el país. Descargar aquí la plataforma demo para operar ideas de trading. http://www.saxobank.es


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