La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Preocúpense del largo plazo y huyan del ruido del corto plazo

Jaime Andrade - Miercoles, 06 de Marzo

Unos están obsesionados por el devenir de la Bolsa y de los mercados a corto plazo. Otros contemplan, sin inquietarse el largo plazo, con graves factores geopolíticos, incluidos. "No tenemos la menor idea de lo que harán los precios de las acciones a corto plazo, ni creemos que sea importante para el inversor a largo plazo".-Nick Sleep "El juego de la inversión siempre implica considerar tanto la calidad como el precio, y el truco consiste en obtener más calidad de la que paga en precio. Es así de simple".-Charlie Munger. "La inversión es uno de los únicos campos donde la entrada no se correlaciona con la salida. No importa cuántos artículos de noticias leamos, informes de la compañía que devoramos, qué tan exhaustivo sea nuestro análisis o qué tan larga fue nuestra diligencia debida, todo se reduce a un juicio (no un trabajo duro).-Tiho Brkan@TihoBrkan

Pelotazos rápidos, influencers, criptomonedas. Todo el mundo quiere dinero inmediato, desde el sofá y sin trabajar. Un razonamiento muy acertado:“Si todo lo que hace es con la idea de que debe funcionar en un horizonte de tiempo de 3 años, entonces está compitiendo contra mucha gente. Pero si está dispuesto a invertir en un horizonte temporal de 7 años, ahora está compitiendo contra una fracción de esas personas, porque muy pocas están dispuestas a hacerlo". (Jeff Bezos), señalan desde Dividend Growth Investor@DividendGrowth. La prisa es mala consejera en la Vida y en los Mercados. A la hora de invertir o de proyectar otras actividades, busque ese nicho temporal en que haya poca gente. Cuando todo el mundo hace y piensa lo mismo, nunca se obtienen éxitos ni ganancias.

Interesante artículo sobre la disociación, economía y Bolsa de Carlos Montero en lacartadelabolsa: 

El crecimiento económico de EE. UU. Se contrajo un 2,3% en 2020, el peor año para la economía desde 2008. ¿Eso perjudicó al mercado de valores? Para nada. El S&P 500 ganó un 18%, muy por encima de su rendimiento promedio histórico del 10%. 2020 no fue la primera vez que vimos un mercado de valores más alto a pesar de una recesión económica. Lo mismo sucedió en otros 8 años desde 1930 ...

¿Qué pasa con la situación opuesta? ¿Ha bajado alguna vez el mercado de valores cuando la economía ha crecido? Sí, lo hemos visto suceder 18 veces, la más reciente en 2018.

Sobre una base de año calendario desde 1930, hay una correlación de 0.25 entre el rendimiento total del S&P 500 y el cambio en el PIB real. Eso se traduce en una r cuadrado de .06, lo que en un lenguaje sencillo significa que solo el 6% de la variación en el S&P 500 de un año a otro puede explicarse por cambios en el crecimiento económico.

Eso no quiere decir que las acciones y la economía no se hayan movido al alza durante largos períodos de tiempo. Ciertamente ese ha sido el caso ...

Pero en un año determinado es imposible predecir cómo una variable (la economía) afectará a la otra (las acciones).

¿Por qué las acciones no se mueven precisamente a la par con la economía?

Por un lado, las acciones tienden a ser un  indicador adelantado  de la economía. Eso significa que en años como 2020, cuando el crecimiento fue negativo, las acciones esperaban un mejor crecimiento en el futuro (estamos en camino de un crecimiento del PIB real del 6% en 2021).

También significa que en años como el 2000, cuando el crecimiento fue positivo, las acciones miraban hacia un crecimiento más débil (la recesión comenzó en marzo de 2001).

Donde esto se complica es que los rendimientos de las acciones con frecuencia  no le dicen nada importante  sobre la economía, sino que simplemente reflejan el sentimiento cambiante de los inversores. En ocasiones, los inversores pagarán más por un determinado nivel de ganancias y en otras ocasiones pagarán menos. Lo que está sucediendo en la economía es solo un factor de esa determinación.

Las acciones son, en última instancia, un reflejo de lo que los inversores están dispuestos a pagar hoy por un flujo de ganancias corporativas a largo plazo, que no es ni mucho menos lo mismo que cambios en el crecimiento económico a corto plazo.

Por tanto, el mercado de valores no es la economía. Entender eso como inversor es fundamental.




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