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Quizás nunca veamos el titular: “Alemania a Grecia: muérete

Carlos Montero - Miercoles, 01 de Febrero Existe una corriente en Europa, tanto entre profesionales del mercado financiero, como medios de comunicación generalistas, en el sentido que podríamos haber pasado lo peor de la crisis europea, y que aún que nos encontraremos con dificultades en el camino, de aquí en adelante todo será mejorar. Es probable que esta sensación se deba a que las bolsas llevan unos meses en rango, sostenidas por la entrada de dinero institucional, y que los mercados de deuda de países como Italia o España, están lejos de sus peores momentos. Pero esta sensación podría ser ficticia. Así lo cree el analista Michael Sivy, que en un interesante artículo publicado en el Time Business, nos detalla como están las cosas según su punto de vista, que adelanto, no es demasiado optimista:

 

Un fantasma recorre Europa - el espectro de la suspensión de pagos. Y todos los poderes de la vieja Europa se han unido en una alianza para acosar a ese fantasma. El resultado ha sido una especie de ilusión de euro-optimismo. Como afirmaba el editor internacional de Time el pasado viernes, Jim Frederick, uno de los temas clave en el último Foro Económico Mundial de Davos fue la creciente creencia de que “la zona euro podría estar empezando a curarse por sí misma”. Desgraciadamente, los hechos sostienen la conclusión contraria.

Puede ser cierto que la Unión Europea, en su conjunto, esté en mejores condiciones financieras que los EE.UU. Sin embargo, Europa no es una sola entidad. En EE.UU. la carga financiera se distribuye automáticamente. La gente de Nueva York y San Francisco, por lo general, no pueden votar para decidir si sus impuestos se destinarán a pagar la Seguridad Social de Detroit o las prestaciones por desempleo en las Carolinas. De hecho, cuando las crisis financieras requieren de una acción política decidida, la solidaridad puede desaparecer repentinamente, como pasó cuando el presidente Ford negó la asistencia a la ciudad de Nueva York durante la crisis financiera 1975. Un suceso que fue inmortalizado por el NY Daily News con el titular “Ford a la City: muérete”

Quizás nunca veamos el titular: “Alemania a Grecia: muérete”, pero las realidades políticas limitan las opciones políticas disponibles para los líderes europeos. Y simplemente miden el éxito de las políticas actualmente en vigor, y uno puede ver la degeneración lenta, pero inevitable, de la zona euro.

Así es como están las cosas:

Algunos países fuertemente endeudados se han estabilizado, pero los peores casos no están respondiendo. La gran historia de éxito de los últimos dos meses ha sido la capacidad del Banco Central Europeo en rebajar las tasas de interés en algunos países por debajo del rango de 7% al 8% que normalmente provocan la suspensión de pagos. En Italia, el 10 años ha caído desde el 7,25% de finales de noviembre al actual 5,9%. En España, ha caído del 6,7% al 5% durante el mismo período. Pero el 10 años se mantiene por encima del 15% en Portugal y Grecia. Por otra parte, algunos tenedores de bonos se resisten a los planes de reestructuración debido a que tienen una especie de seguro de bonos y por lo tanto prefieren un default real. Es como alguien con un coche viejo que aparca en la calle en un barrio miserable con la esperanza de que sea robado.

La austeridad por sí sola no es suficiente para restablecer la solidez financiera de un país. El endeudamiento excesivo no es sólo una cuestión de la cantidad adeudada, sino que también depende de si un país puede crecer lo suficientemente rápido como para reducir el tamaño de la deuda en relación con la economía. Las políticas de austeridad pueden reducir la cantidad de nueva deuda de un país, pero puede ser contraproducente al mismo tiempo, limitando el crecimiento, lo que hace más gravosa la deuda existente.

Las economías sobreendeudadas pueden encauzarse en el largo plazo, pero no en el corto. Si la deuda de un país es del 60% del PIB o menos, y la economía está creciendo, el déficit anual se puede reducir sin interferir en la evolución del corto plazo. Pero cuando una economía entra en recesión y la deuda se eleva a más del 100% del PIB, las políticas necesarias para mantener la deuda bajo control entran en conflicto con los que se necesita para reactivar la economía. En ese momento, no hay escape a un período de austeridad paralizante. Grecia y Portugal ya están en esa situación. Y los rendimientos de los bonos de Irlanda, en el 7,3%, son lo suficientemente altos para ser preocupantes.

El BCE se quedará sin dinero antes de que los problemas sean encauzados. Desde mediados del año pasado, el BCE ha estado vertiendo cientos de miles de millones de euros en el mercado para proporcionar ayuda a los bancos en problemas y para mantener bajos los rendimientos de los bonos. Aún así, algunos países aún tienen tasas de interés muy altas. Gastar más de medio billón de euros cada tres meses para que las cosas no empeoren, no es sostenible indefinidamente. Y ninguno de los optimistas tiene un plan que podría acelerar la solución. De hecho, es todo lo contrario: Los políticos están, básicamente, tratando de ganar tiempo – lo que no es la mejor estrategia cuando la velocidad de combustión es enorme y los recursos financieros disponibles son limitados.

Esta situación tiene algunos rasgos interesantes. La actual crisis está obligando a las economías europeas más débiles a ser más eficientes y más competitivas. Este proceso sería mucho más fácil si pudieran devaluar sus monedas.

Con el tiempo el polvo se asentará. Las deudas se va a renegociar y los bancos que hayan sufrido grandes pérdidas, como resultado de esta reestructuración, serán recapitalizados. Las economías de Europa estarán en condiciones de iniciar una expansión sostenible en el largo plazo. Y cuando lo hagan, las economías más débiles serán más eficientes, más flexibles y, en general, más competitivas que al principio de la crisis. Pero es difícil, si no imposible, ver cómo la zona euro puede llegar a ese punto sin antes pasar por un momento muy desagradable y doloroso. La idea de que Europa puede salir de la actual crisis es una de esa cosa que la gente cree, simplemente porque la alternativa es muy desagradable.

 




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