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Reforma laboral (más, y seguirá)

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 04 de Agosto La reforma laboral española: si lo que se ha aprobado no es el despido libre se le parece tanto, tanto .... Conceptos como "pérdidas previstas" o "situación económica negativa", así dichas, tienen bastante poco sentido, o mucho, que todo depende. ilustraciónYa lo dijo no-se-quien. "Dame un balance y cambiaré una empresa".

Piénsenlo: con suficiente empeño el fondo Berkshire arrojaría pérdidas monstruosas. “Ya, pero eso se vigilará”, dice el del fondo (se había ido a dar una vuelta), seguro, seguro, pero, ¿qué contestará quien vigile si cuando dice que no le contestan, “Vale, pues entonces, en vez de a cien echaré a todos: cierro y me llevo el invento a Pernambuco”.

Lo mejor son las argumentaciones. El Sr. Jesús Membrado, Portavoz del Partido en el Gobierno de Empleo: “Si no tienes pedidos en una empresa y baja la facturación, se pueden prever pérdidas”. (El País 30.07.2010, Pág. 8). ¡En absoluto!. Dígase que el objetivo es abaratar y facilitar el despido, no pasa nada -desde que empezó a hablarse del tema Uds. lo han leído aquí-, pero que no se diga lo que no es.

Una empresa puede no tener pedidos durante un tiempo porque, pura y simplemente, no le interese aceptarlos, entre otras razones para ... poder reducir su plantilla. Y una empresa puede facturar menos y, sin embargo, aumentar su beneficio, ¿cómo?, mejorando ostensiblemente su productividad. ¿Por qué ningún grupo de la oposición argumenta por estos lados?; ¿por qué tampoco argumentan por esos lados los sindicatos?.

Pienso que la oposición ha gastado pólvora en salvas porque argumentar en este campo, con peso, contra la reforma, significaría que alguien podría recordarles lo dicho cuando retornasen al Gobierno, por lo que lo no dicho olvidado queda. Los Sindicatos están totalmente pillados: han tenido que tragar, ¡van a tener que tragar!, sapos y culebras: en un modelo productivo como el español un alto desempleo es obvio, inevitable e inarreglable. Recuerdo, hace tres años, cuando España estaba empezando a dejar de “ir bien” que le comenté a un miembro de alto nivel de uno de los dos principales sindicatos españoles que el empleo iba a ser uno de los paganos de lo que estaba empezando a llegar; “Nunca sucederá eso”, me dijo.

Los sindicatos cuentan con dos armas de destrucción masiva para negociar (en la trastienda, claro, pero, en momentos como este, ¿cuántas cabezas se giran en las negociaciones a fin de mirar hacia otros lados?), pero, o no se atreven a utilizarlas, o no les dejan utilizarlas: 1) el arma fiscal: que empiecen a exigir inspecciones en empresas sospechosas de fraude, 2) el arma de la seguridad en el trabajo: que denuncien exhaustivamente todas las violaciones de los reglamentos de seguridad y salud en vigor. ¿Se imaginan que sucedería si esas exigencias y denuncias se produjesen?.

Mal asunto, la realidad es tozuda: cada vez hace falta menos factor trabajo: para producir más, para producir lo mismo y para producir lo que haga falta en el momento que haga falta, y, además, cada vez la capacidad de consumo es menos, y menor va a ser a medida que el desempleo vaya aumentando, “No, que exportaremos”, vuelve a decir el del fondo; claro, y consumirán los trabajadores que en el extranjero hayan perdido su ocupación debido parecido motivo por el que lo pierden los de aquí; y, además, desperdiciar no es eficiente, por lo que producir por producir y consumir por consumir, no (y, encima, será vendido como postura ecológica).

Lo que sí estaría bien es que se llamasen a las cosas por su nombre. Recuerden lo que me contestó el Ministro José Corbacho cuando le pregunté si ESTA reforma laboral aumentaría la tasa de ocupación y reduciría la de desempleo: “Si el PIB vuelve a crecer y si los bancos vuelven a dar créditos, si”.

Pero no hay problema: si se vota a favor de prohibir las corridas de toros en Madrid, en Andalucía y en Navarra, seguro que la gente deja de hablar de la reforma laboral. (Como me dijeron una vez cuando, irónicamente, propuse algo: “No des ideas, no des ideas”).

(El desempleo sube porque aumenta la población activa (en tiempos del ministro Pedro Solbes se pensaba que la disminución de la población activa iba a ayudar a que el desempleo descendiese). ¿A quién le sorprende?, también Uds. leyeron aquí sobre esto: si el paro crece, miembros no activos de una familia entrarán en el mercado de trabajo para buscar una compensación, al menos parcial, a la caída de rentas que se ha producido en la unidad familiar. A eso añadamos el incremento vegetativo acrecentado por lo anterior, sobre todo en nichos de rentas medias y bajas (en las más altas, a estudiar “otra carrera”: está de moda). ¿Los inmigrantes?, algunos regresarán, pero tampoco muchos: en principio, cuando se tuerzan las cosas de verdad, donde se vivirá menos mal, ¿en un suburbio de Banjul o en El Raval de Barcelona?).

(El Ministro de Trabajo el pasado Sábado, “se necesitarán “tres, cuatro, o cinco años para volver a las tasas de paro anteriores a la crisis”” (El País 01.08.2010, Pág. 20). Tres, cuatro o cinco años; mmmmmm, esa es mucha imprecisión, ¿no?, no es lo mismo el 2013, el 2014 o el 2015, ¿verdad?; además, ¿cómo se va a volver al 8% de paro (subempleo al margen)?, es decir, ¿de qué forma?, quiero decir, ¿qué subsector va a absorber a esos 3,5 millones de desempleados que hoy hay y que en el 2007 no había?, y eso teniendo en cuenta que aumenten en cero personas el número de actuales desempleados. Como que no, ¿no creen?.

“Si no le interesa nada de lo que le ofrece la Administración, a partir de ese momento Usted no puede continuar manteniendo el derecho a percibir la prestación por desempleo”. Señor José Corbacho, mismo día, misma fuente. Eso suena a que la gente va a tener que aceptar lo que le ofrezcan, donde sea, aunque el subempleo sea de caballo so pena de perder la prestación por desempleo, ¿si?; lo que enlaza con eso del “fomento del empleo” que parece ser que es lo que ahora toca. Lo que hace unos años ponía en aquel periódico mexicano: “Se necesitan ingenieros con llave inglesa y economistas con bicicleta”).

(¿Dónde estamos?. Suben las Bolsas pero aumenta la incertidumbre (en USA, Mr. Bernanke el Lunes), Aumenta el desempleo y se reducen la ventas de automóviles y decaen las visitas a concesionarios y agentes del ramo del motor, pero crece la confianza del consumidor (aquí, el Martes). Se dice y se comenta, y se argumenta. ¿Dónde estamos?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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