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Riesgo de deflación vuelve a aparecer: James Saft

Reuters - Lunes, 09 de Julio

La Reserva Federal puede combatir la amenaza de las caídas de precios, y lo hará.

Lo que está mucho menos claro es si la política monetaria extraordinaria que pronto podríamos estar viendo será efectiva para evitar otra recesión.

La reciente serie de datos de precios ha mostrado una tendencia clara de bajas de precios, sin duda impulsada por una recesión en Europa y una marcada desaceleración de la economía china.

El sector manufacturero estadounidense se contrajo en mayo, de acuerdo con un sondeo del Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM, por sus siglas en inglés).

Lo que es más llamativo, el índice de los precios pagados se retrajo a 37 desde 47,5. La marca de 50 separa las alzas de precios de las bajas. Eso es un claro avance hacia la deflación.

El índice de precios al consumidor cayó el 0,3 por ciento en mayo en términos desestacionalizados, la primera baja de ese tipo en dos años y la peor desde diciembre del 2008, en la cúspide de la crisis financiera.

Las lecturas manufactureras que salen de Europa y Asia también han tenido un tono pesimista, y los precios de las materias primas han bajado un 10 por ciento desde el inicio de marzo.

Más aún, a pesar del humo que rodea a las mediciones económicas chinas, hay fuertes señales de desaceleración allí, y de que se ha revertido el apetito de recursos y propiedades que estaba alimentado por el crédito.

En los 67 años para los que hay datos disponibles, la economía estadounidense ha entrado en recesión el 75 por ciento de las veces que el ISM cayó tanto en términos nominales, de acuerdo con el economista David Rosenberg de Gluskin, Sheff en Toronto.

"No hemos visto algo como esto desde abril del 2009, y la diferencia con ese momento es que la recesión estaba terminando. Esta vez, es la expansión la que luce fatigada, y los funcionarios se están quedando sin respuestas", escribió en un informe a los clientes.

Ese es exactamente el punto: los grandes esfuerzos de la Fed han sido efectivos para evitar la deflación, aunque sea en forma temporaria, pero mucho menores para fomentar un crecimiento sustentable real.

Como el ahora jefe de la Fed, Ben Bernanke, dijo en su famoso discurso del "helicóptero" del 2002, un banco central que tenga una impresora de billetes siempre puede combatir la deflación, si es necesario, arrojando dinero desde el aire.

Pero una cosa es luchar, y otra es ganar. Especialmente cuando un banco central tiene que librar la batalla sin la ayuda de las autoridades fiscales, como probablemente sea el caso en Estados Unidos.

Si no se arreglan los actuales planes de impuestos y gastos, el déficit se habrá contraído un 4 por ciento del PIB el próximo año, algo que según cree el Fondo Monetario Internacional, reduciría el crecimiento estadounidense a algo bastante debajo del 1 por ciento, con una contracción a inicios del 2013.

AUMENTO DE DEUDA POR DEFLACION

Pese a unas tasas de interés que virtualmente están al cero por ciento, pese a la QE (alivio cuantitativo) 1 y la 2 y la Operación Twist, e incluso a pesar de un fuga hacia los supuestamente seguros bonos del Tesoro estadounidense, que ha bajado las tasas de interés sin ayuda de la Fed, aún así la economía no logra despegar.

La Fed puede aplicar toda la liquidez que quiera a la economía, pero no puede forzar a los bancos a prestar o a la gente a endeudarse.

El banco central ha triplicado la base monetaria desde el 2008 pero la velocidad a la que circula el dinero a través de la economía se ha moderado, una señal segura de que las mayores dosis del mismo remedio no serán totalmente efectivas.

"Creemos que las fuerzas globales detrás del desapalancamiento tienen más poder de fuego que todos los bancos centrales del mundo y los gobiernos juntos, y que la deflación es un resultado mucho más probable que una inflación grande", dijeron los gerentes de fondos Comstock Partners en un informe de junio para los clientes.

Eso se debe a que se cancela y se destruye más deuda de la que se crea, mientras las compañías, los individuos y los estados tratan de reducir los riesgos.

Los niveles de endeudamiento de las familias en Estados Unidos han bajado por 16 trimestres consecutivos, algo llamativo, y todavía les queda camino por recorrer para llegar a la norma histórica. Además, los activos del sistema bancario "en las sombras" continúan contrayéndose.

Incluso si la política permitiera el estímulo, lo que probablemente no ocurra, la Fed tendría un momento difícil a la hora de usar las herramientas que tiene para revertir este proceso.

Nada de esto equivale a decir que la Fed y otros bancos centrales no tratarán, especialmente a medida que pasan las semanas y se juntan más datos negativos. Eso bien podría hacer subir los mercados financieros. La respuesta de los inversores sigue siendo la de confiar en un rescate que vendrá desde arriba.

La desconexión entre los mercados financieros y la economía no puede durar para siempre, una realidad que incluso podría estar asentándose entre los funcionarios.

Mientras tanto, habrá que esperar que las palabras "deflación" y "recesión" aparezcan cada vez con más frecuencia, y con ellas, las expectativas de otra ronda más de política monetaria extraordinaria.

(En el momento de la publicación, el columnista de Reuters James Saft no poseía inversiones directas en valores mencionados en esta nota. Podría ser poseedor indirectamente, como inversor en un fondo)




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