Salarios
Santiago Niño Becerra - Martes, 20 de Marzo ¡Vaya, ahora salen con eso!.La Comisión Europea ha producido un estudio que tiene mucha miga: “Desarrollo de los salarios y de los costes laborales en la Zona Euro”, habrán oíÑ‚Âdo hablar de él. Con muchas palabras, lo que el informe dice es lo siguiente (bueno, asíÑ‚Â no lo dice, pero lo viene a decir): 1) que en los últimos dieciséis años los salarios reales se han colocado en un nivel que hacen peligrar el que el consumo continúe aumentando como convendríÑ‚Âa y, 2) que la evolución de los importes satisfechos mediante los impuestos y tasas liquidados y pagadas por los perceptores de los niveles salariales actuales no garantizan los ingresos públicos necesarios para mantener el modelo de protección social existente.
Curiosamente, hay gente que esto mismo, con unas palabras adaptadas a la época, lo dijo hace tiempo, en una época en que la tasa de pobreza del Imperio Alemán, por ejemplo, se acercaba al 80% de la población. Cierto es que las épocas eran muy diferentes, pero, en el fondo, el sentido de las palabras de ayer y de hoy es muy semejante; lean:
“La época de la burguesíÑ‚Âa se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesante”.
“Paralelamente a esta centralización del capital o expropiación de muchos capitalistas por unos pocos, se desarrolla (...) la inserción de todos los paíÑ‚Âses en la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter internacional del régimen capitalista. Conforme disminuye progresivamente el número de magnates capitalistas que usurpan y monopolizan todas las ventajas de este proceso de transformación, crece la masa de la miseria, de la opresión, de la esclavitud, del envilecimiento, de la explotación; pero también crece la rebeldíÑ‚Âa de la clase obrera, cada díÑ‚Âa más numerosa y disciplinada, más unida y más organizada por el propio proceso capitalista de producción. El monopolio del capital se convierte en grillete del modo de producción que ha brotado y crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en el cual resultan incompatibles con su envoltura capitalista. Esta salta hecha añicos”.
“(...) la perfección cada vez más creciente de la máquina moderna está (...) convirtiéndose en una ley obligatoria que fuerza a los capitalistas industriales individuales a mejorar de forma permanente sus máquinas, siempre con la finalidad de incrementar su capacidad productiva (...) (pero) la amplitud de los mercados no puede seguir el ritmo de esta ampliación de la producción. La colisión se hace inevitable”.
La primera de las citas corresponde a “El Manifiesto Comunista”, escrito por Karl Marx y Friedrich Engels, y publicado en 1848; la segunda pertenece al primer volumen de “El Capital”, cuyo autor es Karl Marx y que fue publicado en 1867; el autor de la tercera es Friedrich Engels, y pertenece a la obra “Socialismo utópico y Socialismo cientíÑ‚Âfico”, aparecida en 1882.
Varios extremos son curiosos. Por un lado, que sea ahora cuando se diga, ahora, cuando la economíÑ‚Âa mundial se halla a las puertas de una crisis; por otro, el contraste entre el mensaje del estudio citado y la cantinela, repetida hasta la saciedad, de que el crecimiento de los salarios debíÑ‚Âa moderarse y, siempre, vincularse a la productividad.
Este estudio, asíÑ‚Â como las recientes palabras del ex presidente de la FED vienen a poner sobre la mesa que la distribución de la renta lleva tiempo sesgándose en contra de las personas perceptoras de salarios, lo que lleva a una concentración de rentas en colectivos con menores propensiones marginales al consumo, lo que es malo para la economíÑ‚Âa porque, entre otras razones, está sucediendo en todas partes, y la capacidad de endeudamiento es la que es.
Hoy, varias zonas de USA, por ejemplo en NYC, donde la distribución de la renta es, hoy, la misma que se daba en la década de los años 20. Creo que no seríÑ‚Âa una mala idea releer la que posiblemente sea la más famosa obra de Scott Fitzgerald, “El Gran Gatsby”; lo digo para ir ilustrándonos sobre lo que nos están anunciando que puede venir.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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