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Seguimos con “más de lo mismo”

Santiago Niño Becerra - Viernes, 05 de Marzo Uds. leyeron ayer en lacartadelabolsa un comentario sobre el "ejemplo" que la CEOE propuso para acabar con el desempleo juvenil, y también leyeron lo que ese contrato suponía, aquí, sí, pero también en otros medios. ilustraciónEse contrato ha sido repudiado, criticado, vilipendiado y comparado con la explotación manchesteriana de principios del XIX.

OK, correcto, todos hemos opinado sobre ese “ejemplo” de contrato detritus, que no basura, recogiendo una viñeta de Forges en El País de hace algún tiempo, genial, pero encima de la mesa continúa el problema: léanlo despacio: en España el desempleo de las personas de entre 16 y 25 años de edad alcanza el 39,6%, y el desempleo de las personas con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años el 36,5%; y de cómo afrontar eso nadie dice absolutamente nada.

El desempleo juvenil es un problema que se manifiesta de cuatro maneras diferentes que, de forma perversa, se realimentan. Por un lado genera en la juventud un sentimiento de preocupación, de inutilidad, o de pasotismo -según el carácter de cada joven- lo que va a condicionar su posterior evolución personal y profesional; por otro, afecta a toda la sociedad en general y a las familias de estos jóvenes en particular al no aprovecharse la parte de la población activa que ha de ser la que reemplace a la que le sigue en edad; por otro más supone un gasto no-natural para sus familias y parientes al tener que mantener a alguien que, de forma natural, se estaría manteniendo por si mismo; y, en definitiva, porque afecta a la economía del Estado al ser un colectivo consuntivo pero no productivo.

El desempleo juvenil tiene implicaciones económicas, sociales, psicológicas, humanas, cierto, cierto, pero yendo a los orígenes del problema su diagnóstico es muy simple: el modelo económico no necesita tanto factor trabajo de forma continuada y, cuando lo necesita, tiene que ser de una determinada manera. El cobre o el molibdeno que el aumento de la productividad en su uso va ahorrar puede esperar en las minas a que se necesite, pero, ¿qué se puede hacer con el factor trabajo que la mayor productividad está ahorrando y más ahorrará?. Porque ahí se encuentra EL origen del problema del desempleo juvenil, de la no necesidad de una población activa que, además, es la mejor formada y la más cualificada de toda la historia.

Para acabar de complicar el problema se pretende prolongar la edad de jubilación argumentando el alargamiento de la esperanza de vida y la carestía creciente del modelo de protección social. Vale, prolonguemos la edad de jubilación, ¿cómo afectará eso al desempleo juvenil?. ¡Pues no lo hagamos!, bien, ¿debe frenarse, entonces, el avance de la productividad?.

Y el problema preocupa a los jóvenes, ¡se lo aseguro!: cada día estoy con chicas y chicos de entre 20 y 22 años, y están muy preocupados, de hecho es una preocupación que va más allá de sus niveles de renta familiar. Tiene que ver con cómo vivirán en el futuro, claro, pero es más que eso, es como si las cosas hubiesen llegado a un punto en el que el sistema les dijese “No necesito al 40% de vosotros”. Insisto: ¿cómo se da la vuelta a eso?.

Ya, ya, gran parte de la inmigración que ha estado construyendo pisos y vendiendo cerveza en chiringuitos de playa podía haber sido sustituida por muchos de esos jóvenes (recordemos que nunca el desempleo juvenil en España ha bajado del 20%, incluso cuando “iba bien”), pero, ¿estaban dispuestos los políticos y las familias de esos jóvenes a subemplear a esos votantes y a sus vástagos?. Yendo a masantes las empresas tenía una cosa que hoy es arqueológica: aprendices: los jóvenes que “no iban bien en los estudios” aprendían aquello que antes se llamaba un oficio, sabiendo -ellos y sus familias- que, al menos de eso, tenían todos los números para ocuparse; dejando al margen que estos pasados años la sociedad no ha sido la de los años cincuenta y sesenta, ¿qué puede aprender hoy quien quisiera hacerlo si una empresa o una familia, si quiere, puede contratar como limpiacristales a un ingeniero naval?.

Vuelvo al principio: los problema del desempleo residen en que la oferta de trabajo es superior a la demanda y en que cada vez hace falta menos factor trabajo para producir la cantidad de bienes y servicios que sean necesarios cuando sean necesarios. Esos son los problemas del desempleo en general y los del desempleo juvenil en particular. La pregunta, de nuevo: ¿cómo se arregla eso?.

Ayer, mientras escribía estas líneas recibí un mail de una lectora, un mail que se adapta como un anillo a un dedo a lo que estamos diciendo.
“(...) Quiero explicarle mi caso, para demostrar que estar formado en este país no te asegura nada, más bien al contrario. Tengo dos carreras universitarias y habló inglés fluido. Me animé a estudiar inglés con la esperanza de que me abriese puertas para trabajar. Sin embargo, desde que terminé la carrera he trabajado, pero con becas, uno de los principales problemas para los universitarios actualmente.

El trabajo de becario, al contrario de lo que mucha gente piensa, es más complicado de lo que parece. Trabajas las mismas horas que tus jefes, o incluso más, y se aprovechan de tu formación, pero te falta de experiencia profesional. No cotizas a la seguridad social y el sueldo es a veces miserable. Sin embargo, debes estar agradecido que al menos tienes algo en lo que trabajar.

No entiendo que pretendan luchar contra la economía sumergida cuando las becas son parte de la misma y están legalizadas. De hecho, pienso que si no fuese por esa economía en B España sería un autentico polvorín. Es la posibilidad de cobrar una ayuda en negro lo que hace que la sociedad no explote.

Tras perder la beca por falta de financiación, he trabajado en el ayuntamiento de mi ciudad gracias al Plan E y después he vuelto al paro. Hace un par de días me llamaron para ofrecerme un proyecto de I+D en una empresa de mi ciudad. Sin embargo, no he conseguido el empleo porque se lo han dado a otra persona que tenía amistades dentro de la empresa (lo se fehacientemente). ¿qué se puede esperar de un país en el que te dicen que apuestes por la formación y al final lo que funciona es el enchufismo?  ¿Qué debemos hacer los licenciados que no encontramos trabajo? ¿Es ser becario toda la vida la única alternativa para trabajar en la profesión para la que te has formado? ¿Es la solución que opositemos todos? Yo estoy desesperanzada, porque no se dónde acabará todo ni cuál es el camino a seguir. (...)”.

(En gran medida no cambio de tema: en 30 años la industria francesa a perdido dos millones de ocupados, entre el 20% y el 25% de estos han sido absorbidos por el Sector Servicios, aunque con “condiciones salariales menos favorables”. Afinando más, entre 1980 y el 2007 la población activa ocupada en el Sector Industria ha caído del 22% al 12%, evidentemente la externalización, la deslocalización y los aumentos de productividad han dido causas fundamentales de estos cambios.

Yo he sacado este apunte del periódico Le Monde, que a su vez lo extrajo del comentario que el diario económico L”Éco hizo de un estudio elaborado por la Dirección del Tesoro. Y me pregunto, ¿se difunden en el reino estudios de este tipo en medios de acceso masivo?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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