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Transporte colectivo

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 11 de Junio

Hace unos días recibí un mail de un lector, sobre transporte, si. Y sobre el futuro, también.

"Le escribo desde San Francisco, donde estoy realizando un proyecto con mi empresa.  Me gustaría compartir con usted un descubrimiento que me parece increíble, y que pienso que arrasará en todo el mundo en poco tiempo.

 

Usted hablaba del transporte colaborativo, y la verdad es que nunca vi como algo así se podría poner en marcha.  Hasta que he llegado aquí.  Un colega de Barcelona me informó de una App que se llama Lyft, y que básicamente hace de servicio de taxi entre particulares.  Llevo 10 días usándola 4 veces al día y su funcionamiento es increible.

Te registras y tu teléfono de móvil te sirve de ID e introduces tu número de tarjeta de crédito.  A partir de ahí ya lo puedes usar.  Abro la App y automáticamente la App localiza por GPS mi ubicación actual en el mapa de Google Maps.  Pulso solicitar Lyft y se pone a buscar conductores.  En cuestion de 3 a 5 segundos me muestra el número de conductores en mi zona, y en menos de 15 segundos me aparece la foto del conductor que ha aceptado llevarme y la foto del coche que conduce.  Además me aparece su localización actual en el mapa y el tiempo estimado de llegada a mi lugar.  Puedo ir viendo como se va aproximando a mi ubicación en tiempo real.  Cuando llega  a mi localización recibo un SMS de aviso que mi conductor ha llegado.  Es un coche particular, con el distintivo que lleva un bigote de peluche rosa en la parte frontal del coche.

Las ventajas son increibles: el tiempo de llegada es menos de la mitad que si llamas a un Taxi, su coste es la mitad, y además no hace falta perder tiempo en pagar puesto que al acabar el recorrido el conductor pulsa un botón en su móvil y se acaba la carrera.  Bajas del coche sin preocuparte de pagar, puesto que el importe se carga automáticamente a la tarjeta de crédito que pusiste al registrarte.  Luego la aplicación te pide valorar al conductor y te informa del importe que has pagado.

En San Francisco hay más de 3000 conductores que se ofrecen, y me he enconrado absolútamente de todo: un chico que acaba de llegar de Atlanta y que no tiene trabajo, así que de momento se dedica a esto hasta encontrarlo, otro chico que trabaja en la obra que complementa su sueldo así, una mujer que trabaja exclusivamente en esto, y hoy me ha impactado ver a un señor mayor, que fácilmente supera los 70 años haciendo de conductor.  Me dió corte preguntarle porqué se dedicaba a esto, aunque no es muy difícil de imaginar.  Sólo en San Francisco más de 3000 puestos de trabajo aunque sea a tiempo parcial.

Por lo general la conversación con cada individuo es amena y agradable, es gente normal que no está quemada de hacer de taxista, y todos me dicen lo mismo: lo bueno de esto es que trabajas cuando quieres.  Cuando te cansas, apagas la aplicación del móvil y se acabó.  Claro que hay horas premium que te pagan más por hacer el servicio.

Por lo que he sabido, hay 3 empresas distintas que compiten con este mismo servicio, algunas se especializan con tipos de coches de gama superior, etc.  Todos usan el GPS de Google Maps y por lo general el trayecto es mucho más corto en Lyft que si vas en Taxi normal.  Como usuario estoy encantado, pero ya me han dicho que ha habido conflictos con taxistas.  Muchos conductores Lyft han sacado el bigote de peluche para no ser identificados por los taxistas, y claro, si sacas el bigote no hay forma de saber que esto es un servicio - puede ser perféctamente que te recoge un amigo.  Y como tampoco le pagas, tampoco es visible en esto.

He observado otras cosas interesantes, pero esto para otra ocasión.  ¿Piensa que este concepto arrasará a nivel mundial?  En San Francisco funciona desde hace 2 años".

Mi respuesta fue:

"Es absolutamente lógico que algo así vaya a más si los precios son competitivos, ¿lo son?, ¿cómo un taxi?. Además es eficiente: un automóvil se utiliza para dos usos: particular y comercial. Y otra ventaja: es imposible defraudar a no se que lo haga la empresa. El problema que veo es que si no hay ningún tipo de regulación a la entrada, como es muy sencillo trabajar en esa actividad, si el desempleo no desciende o los salarios no aumentan, puede haber un exceso de oferta brutal. El paso siguiente será compartir viaje con otros usuarios que vaya recogiendo por un itinerario prefijado; puede ser más barato. Insisto: tiene futuro".

Pienso que no hace falta añadir más.

(Mi lector me comenta más tarde que el precio de un transporte Lyft es la mitad que el de un taxi convencional).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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