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Año nuevo

Santiago Niño Becerra - Lunes, 04 de Enero Pienso que para la ocasión es procedente. Es un mail que recibí de una lectora habitual hace unos días :ilustración

“Hola de nuevo, como ya le he comentado vivo en (nombre de una región española). Veo que el “all inclusive” de los hoteles va a más a fin de atraer a los hooligans, ahora más empobrecidos. Millones de camas hoteleras en España, pero no veo el beneficio, y si el agua, la luz, la basura que se genera para tan bajo precio etc…¿Qué es esto?.

¿Quién podrá ir de vacaciones?, o los muy acomodados o los low cost. ¿Es esta la dualidad que se presenta?”.

Mi respuesta fue:

“No, los low cost, tampoco. Los low cost son trabajadores de la planta de Opel en Eisenach que en (nombre de una línea aérea) iban en manadas a un apartamento de (nombre de una localidad de la región anterior) a ponerse como cangrejos de día y ciegos de cerveza de día y de noche, de esa gente muchos van a perder su trabajo y ya no podrán hacer eso. Quedan los exclusivos, pero esos no van ni a (nombre de la localidad anterior) ni a (nombre de una localidad chic de esa región), van a, por ejemplo, Costa Esmeralda; pero hasta esos se moverán menos.

Ud toca un tema al que yo me he referido varias veces: el PIB que genera el turismo nos sale caro: basuras, contaminación ruido, altercados, ...”. Añado ahora: me olvidé entonces: pero si ese PIB desapareciera, ¿con qué sería sustituido?.

Al día siguiente otra lectora también me remitió un mail, este:

“Estos días he estado liada, de repente me encomendaron contratar 18 personas para un tema de manipulado de (nombre de un objeto de uso cotidiano), una empresa compró 130.000 en China, para un tema de regalo con compra, y una de sus partes destiñe. Como es una empresa con la que trabajamos, nos encargó arreglar el desaguisado… así que puse un anuncio en (nombre de una empresa de selección de personal que opera en Inet), para el tema. El trabajo consiste en meter el mango en disolvente, limpiar y volver a embalar. Contrato por obra o servicio 1 mes, más o menos; salario 600 / 700Ñ¢”šÂ¬ netos, más o menos; jornada de 8 horas.  Y entre leer currículum (más de 100), seleccionar, llamar, entrevistar, contratos, etc.,  menudo lío.

De los currículum recibidos ... de todo,  desde ingenieros hasta inmigrantes. Contratamos 18. Los que ya no cobran paro ni prestación quieren trabajar, da igual, luego hay inmigrantes que ya no trabajan y tiene sus tarjetas de residencia caducadas o a punto, y luego algún caso de gente que sí cobra paro pero que quiere trabajar, lo que es ilegal; total, que tenemos lista de espera”.

¿Qué respondí en este caso?, pues no encuentro el mail en “Elementos enviados”, pero se pueden imaginar.

Estos dos mails, pienso se ajustan a todo lo que se ha estado diciendo entre el día de Navidad y el de Fin de Año y que quedaría resumido por las palabras del Señor Presidente del Gobierno del reino y por las del líder del principal partido de la oposición: “no supimos ver lo que estaba viniendo”, vino a decir el primero, “todo lo que se ha hecho ha estado mal y deberían hacerse otras cosas”, apuntó el segundo.

Si no lo vieron quienes podían hacer fue porque no quisieron/pudieron verlo, porque era más mejor mirar otras cosas (el colmo de los colmos: las palabras del Tribunal Supremo diciendo que España se halla corroída por el mal urbanismo; lo dijo el pasado Lunes 28, ¿por qué no lo dijo hace diez años, o hace veinte cuando ya era evidente la tendencia?, pues porque entonces había que crecer y una de las poquísimas formas que España tenía de hacerlo era con un urbanismo que corroía España; ahora que esa vía está agotada es cuando toca ocuparse de ese urbanismo corrosivo. Y lo peor del caso es que, si se quería crecer, no podía ser de otra manera).

Con estos mimbres, el Reino de España preside la UE durante seis meses: los próximos. Pienso que ha tenido muy mala suerte: va a ser el semestre en el que la crisis va a empezar a manifestarse con toda su virulencia: a mediaos de año, además, va a coger a España, a la UE, y a todas las instituciones con el pie cambiado: la confianza en ellas, en las instituciones va a empezar a derrumbarse: tanto va el cántaro a la fuente ...

El Presidente del Gobierno del reino desea que “salir de la crisis” sea el tema central de la presidencia española, mal asunto: ni se puede “salir de la crisis”, ni España, pienso, tiene credibilidad para decir algo así: es una de las economías europeas donde con mayor virulencia se está manifestando la precrisis; calculen como se manifestará la crisis. (Entiendo que otro en el puesto, el líder del principal partido de la oposición, por ejemplo, hubiese dicho exactamente las mismas cosas).

Credibilidad, confianza. A la ciudadanía se le ha estado diciendo durante más de dos años que era cuestión de meses el que se arreglaran las cosas (recuerden: “arreglarse las cosas” = “volver a lo de antes”); la ciudadanía se lo ha ido creyendo en gran medida porque quería que así fuese ya que necesitaba que así fuese, y claro: confiaban en quienes se lo decían. El caso no es privativo de España, ¡que va!: las instituciones alemanas, francesas, también van a tener que explicar muchas cosas a sus ciudadanías: también confiaron en ellas, pero con una dosis de escepticismo que no se dio aquí: ¿cuestión de carácter?.

Ahora, ¿con qué credibilidad instituciones españolas dicen querer convertir la lucha contra la crisis en bandera de su presidencia?. La pérdida de la confianza en las instituciones, eso es lo que va a empezar a ponerse de manifiesto, aquí, en todas partes. Por elección o porque no había alternativa, pero la gente ha confiado, a medida que vayamos yendo a peor esas cañas de la confianza se irán tornando en lanzas de la desconfianza. Y ya saben lo que sucede con la confianza: se puede confiar en alguien, o no; se puede ganar la confianza de alguien o que alguien gane la nuestra; pero cuando la confianza se rompe no hay pegamento que pueda volver a recomponerla.

Confianza. Cada vez más personas que más o menos me conocen me preguntan: “¿Cuándo se arreglará esto?”, “¿cómo se arreglará esto?”. Están perdiendo la confianza: les dijeron, porque precisaban creerlo lo creyeron, ahora están venciendo las facturas: “¿qué hay que hacer para arreglar esto?”. ¿Cuándo empezarán a preguntárselo a aquellas instituciones que les dijeron que mañana era ahora mismo?. Pronto, muy pronto.

Porque luego vendrá la segunda parte: cuando se den cuenta de que, en este modelo, nada puede hacerse para “arreglar esto” porque es imposible volver a vivir lo que vivimos: aquello fue, ahora ya no importa si debió ser o no; fue, pero ya pasó, y ahora hay que digerir sus consecuencias. “El arreglo” está en el cambio sistémico, pero eso también tiene consecuencias. ¿Por qué a ningún Presidente de ningún Gobierno, por qué a ningún líder de la oposición de ningún país, por qué a ninguna institución se le ocurre coordinar la pasta que se gasta a fin de que ese gasto sea lo más eficiente posible?, ¿porqué a muy, muy pocas/os expertas/os se les ocurre plantear que ahora vienen tiempos en los que habrá que replantease cosas y que habrá que hacer en función de los recursos que haya para hacer?. (Mientras escribo estas líneas me viene a la cabeza aquel mensaje publicitario de no recuerdo que: “Lo tienes, lo quieres”; que lejos queda ya eso, ¿verdad?).

En fin. En este primer día -efectivo, para muchas/os- del año les sugiero que se preparen lo mejor que puedan para lo que va a llegar pasado mañana (¿cómo?, de entrada, mentalizándose). Lo peor de todo es que eso que va a llegar va a enganchar a “la mayoría” sin que esa mayoría haya tenido ni arte ni parte en la historia; suele pasar.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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