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El prisionero español: ¿por qué el ajuste en España parece que fracasará?

Carlos Montero - Lunes, 11 de Marzo

Los ciudadanos españoles somos prisioneros de un ajuste económico que se parece un sueño de Torquemada.  Michael Cembalest, CIO de JP Morgan, estuvo hablando de España con un colega, y le mencionó el colapso que estaba sufriendo la remuneración de los trabajadores españoles.

Se ha conectado este descenso de los ingresos laborales con una mejora de la competitividad de España, y como prueba se ha ofrecido la mejora de la balanza comercial de España. Gran parte de la disminución de la remuneración de los españoles tiene que ver con los trabajadores del sector público (que no exportan nada) y no con el sector privado, pero vamos a suponer que es cierto que los salarios del sector privado también se han visto afectado.

¿Es ésta una manera sostenible para recuperar la competitividad? Históricamente, las crisis de balanza de pagos provocadas por las brechas de competitividad fueron casi siempre reconducidas en parte a través de una devaluación de la moneda, como se muestra en el gráfico adjunto.

 

La recuperación de 2008-2012 en la balanza comercial de España no sucedió tan rápido como en los otros episodios, pero al menos se cerró el hueco, ¿no? No tan rápido. Las exportaciones españolas han crecido, pero su recuperación es la peor de la muestra, lo que indica que la mejora del comercio depende en gran medida de un colapso importado del 25% del desempleo. El último gráfico es la prueba irrefutable: la dinámica de crecimiento del actual ajuste español es poco menos que terrible en un contexto histórico.

También se podría mirar la caída del gasto de capital en España, desplomándose un 28% en tasa anual en el cuarto trimestre de 2012.

¿Repuntó la inflación en episodios anteriores después de una devaluación? Sí, pero el PIB real mide la mejoría después de tomar en cuenta la inflación, por lo que el último gráfico es que nos cuenta la historia verdadera. El inquisidor Torquemada estaría impresionado con el dolor que España se está infligiendo a sí misma.

 

Las malas noticias para el mercado laboral en España no han terminado: la mayoría de los indicadores de competitividad muestran que sólo se ha cerrado la mitad de la brecha frente a Alemania. JP Morgan no ve cómo se puede sostener esto indefinidamente, incluso contando con la mejora la prima de riesgo española y los spreads bancarios y con una menor presión fiscal impuesta por la Unión Europea.

Fuentes: Michael Cembalest




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