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Hecho asumido

Santiago Niño Becerra - Lunes, 23 de Julio Un hecho asumido en y por la sociedad es el de que los hijos "estarán mejor que sus padres".

Que estarán mejor, que vivirán mejor, que tendrán un estándar de vida superior. Todas las sociedades suponen que eso sucederá y asumen que debe ser asíт­, todas, pero aún más la sociedad USA. (Les recomiendo un artíт­culo escrito por Sandro Pozzi y publicado por El Paíт­s Negocios en su edición del 3 de Junio).

Esa suposición no es ni infundada ni gratuita, se basa en un fenómeno cierto y demostrado que se dio en USA desde el fin de la II Guerra Mundial; arranca de la miseria generalizada que los rectores de la economíт­a y el poder económico constataron durante la Gran Depresión y de las posibles consecuencias que un proceso revolucionario generado por la miseria podíт­an causar en la vida económica y social.

La Gran Depresión llevó al poder económico a la conclusión de que debíт­a garantizar a la población unos ingresos suficientes y crecientes de modo que la población se sintiese satisfecha y comprometida de tal modo que sintiese que, protestar en exceso, podíт­a significar la pérdida de su satisfacción. Y asíт­ fue durante el períт­odo 1945 - 1979: los hijos estuvieron mejor que sus padres, pero en los 80 esa regla no escrita comenzó a dejar de ser asíт­.

La teoríт­a -y la práctica- indicaba que USA era una tierra de oportunidades (ahíт­ radicaba la garantíт­a: en que las oportunidades existiesen y que la persona, desde su individualidad, pudiese, con su trabajo, esfuerzo y respeto a la legalidad, progresar). Y esa teoríт­a se fue cumpliendo. Entre 1964 y 1974, los ingresos individuales de los hombre de entre 30 y 39 años de edad experimentaron un incremento medio del 29,3% y el 32,4% los de las familias en las que la edad del hombre estaba comprendida en el intervalo referido. Todo iba bien, sobre ruedas, pero a partir de 1973 y, sobre todo, de 1979, las cosas empezaron a cambiar.

Entre 1974 y el 2000, el crecimiento de la productividad en USA fue del 56% y del 16% entre el 2000 y el 2005; sin embargo y en valores constantes, tal aumento no se vio reflejado en los ingresos de los hombres con una edad entre 30 y 39 años: entre 1994 y el 2004 y a nivel individual, su ingreso creció el 6,7% y en el caso de los cabezas de familia de tales edades el 9,2%; ¿por qué?, pues porque entre 1974 y el 2000 los ingresos tan sólo aumentaron el 29% y entre el 2000 y el 2005 lo hicieron el -2%.

Los hombres que en el 2004 teníт­an entre 30 y 39 años de edad eran, precisamente, los nacidos entre 1965 y 1974. Sus padres esperaban para ellos una mejora similar a la que ellos habíт­an experimentado respecto a los suyos, la mayoríт­a de los cuales habíт­an vivido o sufrido la miseria de la Gran Depresión. Ellos habíт­an mejorado, y mucho, con respecto a sus padres, y creíт­an que sus hijos mejoraríт­an con respecto a ellos, pero esa progresión se rompió cuando la productividad empezó a crecer y, lo más importante, cuando empezó a hacerlo sin necesidad de incorporar más factor trabajo al proceso económico o, incluso, cuando lo hizo reduciendo el factor trabajo utilizado.

USA, paíт­s de las oportunidades, sea, posiblemente, el lugar donde más dramáticamente se está poniendo de manifiesto la ruptura entre crecimiento económico y necesidad de factor trabajo, entre aumento de la productividad y evolución de la remuneración del factor trabajo. USA crece reduciendo,en términos relativos, empleo, USA crece abaratando el empleo, USA crece subempleando al factor trabajo. USA lleva tiempo demostrando que productividad y renta personal han dejado de estar vinculadas. Y eso que, aún, USA está creciendo, ¿se imaginan que sucederá con la remuneración del trabajo cuando deje de hacerlo?.

Y ya saben: USA inventa y los demás copiamos; sobre todo en el reino. Lo malo es que, casi siempre, copiamos lo malo.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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