La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Reparto del tiempo de trabajo

Santiago Niño Becerra - Martes, 27 de Diciembre

Hace unos días recibí un mail.

“Mi nombre es (nombre de persona). (…) Trabajo en el sector de las TIC realizando mantenimiento evolutivo de proyectos software para una importante empresa de consultoría informática a nivel español e internacional.

Nuestros clientes son destacadas empresas del sector de las telecomunicaciones en España. Debido a este oficio veo diariamente como pequeños grupos de personas somos capaces a través del software de manejar toda la tarificación y facturación a nivel estatal de estas compañías. Tarea que antaño requería un número mucho mayor de personas (solamente el envío de millones de cartas físicas requería una importante logística que hoy en día ha desaparecido en su mayor parte gracias a la factura electrónica). Por este motivo pongo especial atención a sus afirmaciones de sobre como la automatización y digitalización de procesos (entre otras innovaciones, impresión 3D, nanotecnología...) podrían reducir drásticamente la demanda de factor trabajo en el futuro. Y mi pregunta gira entorno a la idea del reparto del tiempo de trabajo para generar empleos que aliviasen tal situación.

Le he escuchado en reiteradas ocasiones decir que el reparto de trabajo reduce la productividad. Y es esto último lo que no soy capaz de entender con claridad. Si, pongamos por ejemplo, un empleo cualificado de 40 horas semanales se dividiese en 2 de 20, si los costes laborales se mantienen (el salario también se divide en 2), las cotizaciones sociales también (la empresa cotiza la mitad por cada trabajador) y lo que factura la empresa por cada hora trabajada continúa siendo lo mismo, ¿por qué tal situación reduciría la productividad de la empresa? Cuando usted hace este tipo de afirmaciones, ¿a qué tipo de productividad se refiere? Desde mi miope punto de vista de ciudadano de a píe, tal circunstancia sustituiría un trabajador de elevada renta y un parado por 2 trabajadores de rentas bajas que pagarían menores impuestos pero para los que ya no sería necesario ningún tipo de subsidio como lo es para el caso del parado, pero no soy capaz de visualizar donde estaría la pérdida de productividad para la empresa”.

Mi respuesta fue:

“De entrada piense que el concepto de productividad ha variado. Hasta los años 80 'productividad' estaba vinculado con 'producción', de modo que se aumentaba aquella para que aumentase esta, y como el objetivo era aumentar esta, se buscaba aumentar aquella. A partir de los 80, cuando debido a la tecnología ‘generación de PIB’ y ‘necesidad de factor trabajo’ dejaron de estar vinculados, ese concepto de productividad comenzó a cambiar.

Hoy el objetivo es producir la cantidad que ahora sea conveniente producir del bien que sea conveniente producir y con la calidad que sea conveniente; y luego la cantidad, el tipo de bien a producir y la calidad será otras. Antes, si una unidad productiva producía 1.000 unidades con 10 trabajadores en una hora, se intentaba aumentar la producción produciendo 2.000 unidades con 5 trabajadores, lo que suponía pasar de una productividad por trabajador de 100 a una de 400; pero hoy el objetivo es que si mañana hay que producir solo 500 unidades se produzca con un solo trabajador, con lo que la productividad pasa a ser de 500; es decir, la tecnología y su organización asociada ha desvinculado cantidad producida de productividad. (Como eso es muy difícil de aplicar a los servicios, la introducción de la tecnología está siendo lenta, pero cuando se introduzca la productividad se disparará, piense en la telemedicina, por ejemplo).

En reparto del tiempo de trabajo mantiene la antigua concepción de la productividad: ¿qué tiempo de trabajo se va a repartir si lo que se produce cambia y el objetivo es reducir el uso de factor trabajo?. Y encima el reparto del tiempo de trabajo reduce los salarios con lo que el poder adquisitivo de los trabajadores que entrasen en esa dinámica se reduciría, por lo que debería aumentar muchísimo la productividad para reducir los costes y poder bajar los precios de los bienes y servicios consumidos por estas personas.

Pero incluso en procesos productivos mucho más reglados el reparto del tiempo de trabajo no va. Cambios de turnos, conexión y desconexión en períodos de tiempo mucho menores, ... es al revés: jornadas un poco más largas con apoyo tecnológico adecuado mejoran la productividad y ... no sólo no reducen los salarios sino que pueden incrementarlos. En Francia, Michel Rocard como Primer Ministro a finales de los 80 y como europarlamentario en los 90 defendió intensamente el reparto del tiempo de trabajo; lo cierto es que muy escasas empresas lo aplicaron siendo hoy su nivel de aplicación marginal.

Como concepto puede estar bien, es elegante, y redistributivo, pero lo cierto es que no va porque lo que sucede es que cada vez se precisa menos factor trabajo y cada vez se va a necesitar menos, luego ¿qué repartir si con el empleo a tiempo parcial y temporal se obtiene el trabajo que se necesita durante el tiempo que se necesita y sólo se paga por ese trabajo?”

En cualquier caso, ¿se han dado cuenta de que cada vez se habla menos del reparto del tiempo de trabajo?.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]