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Buscando (desesperadamente) rentabilidad

Redacción - Miercoles, 29 de Octubre

Miren el gráfico siguiente relativo a la evolución del 10 años japonés.... ¿Impresionados? Entenderán un poco más la advertencia de Nowotny de evitar en lo posible el escenario japonés de estancamiento y riesgo de deflación. Naturalmente, el Presidente del Banco Central austríaco ha rechazado inmediatamente que este sea el escenario más probable para la economía europea.

 

Pero, siguiendo con el gráfico anterior, entenderán también la siguiente noticia que han publicado algunos medios japoneses:
Entre abril y septiembre ocho de las mayores compañías de seguros aumentaron la compra de deuda extranjera por 2.2 tr. JPY. Y seis de ellas esperan seguir aumentando la compra de papel en la segunda mitad del actual año fiscal que finaliza en marzo del próximo año.
Por cierto, estas mismas compañías de seguros apenas han comprado deuda japonesa en el periodo anterior por 520 bn. JPY.  Por cierto, si revisan el gráfico anterior piensen que el BOJ fijó su QQME en 2013. Y mientras en USA especulamos con el final del QE, en Japón la especulación se centra sobre la posibilidad de que el BOJ amplié la compra de papel ante la dificultad de conseguir el objetivo de inflación del 2.0 % el próximo año.
Al final, una rentabilidad del 1.7/1.8 % puede ser más casi un mínimo en un plazo de 15/20 años para estas compañías.  El 20 años japonés apenas supera el 1.3 %.
Extrapolen ahora estos cálculos para las compañías de seguros europeas: ¿dónde van a invertir para obtener rentabilidades atractivas? Admito que esta es una de las preguntas, una más, de las que no tengo respuesta.

De hecho, desde el conundrum hasta la paradoja que suponen rentabilidades a la baja a medio y largo plazo lo cierto es que pueden actuar como un factor restrictivo a corto y medio plazo para el consumo. Naturalmente, compensado en parte por la mejora en la rentabilidad implícita de otros activos como sería la vivienda o la propia bolsa. Pero aquí entran las dudas sobre la valoración de ambos tipos de activos. Y en este círculo vicioso nos encontramos: tipos de interés de la deuda excesivamente bajos que fuerzan a los inversores a buscar alternativas con precios que han dejado hace mucho de ser atractivos desde una perspectiva fundamental;  tipos demasiado bajos para el ahorrador tradicional que actúan como lastre en la mejora de las perspectivas económicas.


José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España




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