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EE.UU.: El águila no ha aterrizado

Michael S. McKenna Consulting Editor / Saxo Bank Dinamarca - Lunes, 15 de Diciembre

Cuando el pensador político francés Alexis de Toqueville visitó los Estados Unidos en 1831, observó un joven país curioso y ecuánime. Como nunca se repitió esta hazaña (ni por estadounidenses u otros), la Democracia en América de Toqueville sobrevivió a su autor durante siglos. Algunos dicen que vivió más que el propio tema.

En abril de 2014, autores como John Michael Greer señalaron algunas de las observaciones de Toqueville (como "los estadounidenses de su época, cuando querían que algo sucediera, no desfilaban con pancartas o escribían a los legisladores...") a los efectos de probar que Estados Unidos perdió algo esencial .

Druidas, cristianos y otros pronosticadores
 
Del otro lado del escenario sociopolítico más dividido que nunca (Greer es tanto un "teórico del Pico Petrolero" y un druida), los conservadores como Ben Carson, en un artículo del Washington Times, utilizaron diferentes líneas de la Democracia de América para probar el mismo punto, pero por la derecha: Los Estados Unidos han abandonado sus raíces; los Estados Unidos están aturdidos y deambulantes; los Estados Unidos deben ser destruidos.
 
A pesar de estar divididos en términos de la intención y el enfoque, las varias voces post Iraq, post crisis financiera y post Estados Unidos (?) los intelectualoides han estado en perfecta armonía con la clara caída de Estados Unidos. ¿Pero qué ocurre si no es cierto?
 
¿Qué pasa si en lugar del remplazo por China, la vuelta a un estado como el de Brasil o la ocupación por Occupy, el verdadero destino de Estados Unidos para 2015 es algo completamente distinto ?
 
Occupy Wall Street
¿Alguien realmente pensó que atacarían los mercados de capitales? Foto: Spencer Platt \ Getty
 
¿Qué pasaría si los Estados Unidos de 2015 son Estados Unidos?
 
Estados Unidos en cifras
 
De acuerdo con el último pronóstico de la National Association for Business Economics, (NABE, por sus siglas en inglés), se prevé que el producto interior bruto de EE.UU. aumente un 3,1 % en 2015 (del 2,2 % interanual) y se prevé que el desempleo caiga al 5,4 %.
 
El informe de la NABE llega tras la publicación de los datos de empleo del viernes pasado, en la que se crearon 321.000 empleos nuevos en noviembre, una cifra que excede ampliamente todos los pronósticos.
 
Uno podría decir que estos saltos y repuntes dispersos no son más importantes que otras teorías con fundamentos más amplios sobre la caída de EE.UU. Sin embargo, por otro lado, Estados Unidos es un país mercantil, hasta el punto de que las ideas de Estados Unidos se basan en la economía del país.
 
Fuera de los círculos religiosos extremos, la "caída de EE.UU." siempre se consideró un fenómeno que se haría conocer por las cifras .
 
En 2011, Reuters citó al economista del MIT Simon Johnson diciendo que "la era del dominio estadounidense finalizó". ¿Su desesperante investigación? "En dos décadas el yuan (chino) será la moneda de reserva a nivel mundial".
 
Incluso Ben Carson del Washington Times, en el artículo citado anteriormente, interrumpió su columna sobre la aparente caída de la religión, para destacar el trabajado duro, la industria y la "innovación" de los primeros estadounidenses .
 
Manhattan, 1930s
 Ciertamente tuvieron sus momentos. Foto: Library of Congress \ Wikimedia Commons
 
En un país donde el éxito no se medía principalmente en términos económicos, dicha explicación no sería necesaria.
 
 
El billete verde reclama su papel
 
Simon Johnson puede esperar 17 años más para que su predicción se cumpla, pero los informes sobre la muerte del dólar al menos a esta altura parecen ser algo exagerados
 
De acuerdo con el jefe de estrategia de divisas de Saxo Bank, John J. Hardy, "hubo una subida repentina del dólar después de la publicación de los datos de empleo ya que el mercado adelantó su opinión sobre cuándo será la primera subida de tipos por la Fed. Desde entonces, se desvaneció parte del entusiasmo por el dólar, ya que el apetito por el riesgo tuvo un comienzo de semana movido (en los que los traders tienden a sacar sus posiciones más importantes) y no hay duda que existe una posición larga muy grande en dólares de los especuladores con apalancamiento."
 
Hardy añadió que el crecimiento en los empleos se considera como un permiso a la Reserva Federal para continuar con su "doble mandato" a los efectos de asegurar tanto los niveles adecuados de inflación como un "empleo máximo".
 
Según el jefe de estrategia de divisas de Saxo, "nos estamos acercando al punto de inflexión donde la Fed finalmente sube los tipos y está claro que la Fed está utilizando la información que le llega para ver cuándo hará esa primera subida. Por lo tanto, cualquier información nueva que cambie la impresión del mercado y de la Fed sobre la fortaleza del empleo impactará en la visión de la Reserva Federal.
 
"Mientras tanto, la fuerte subida de salarios incluida en la información sobre el empleo de noviembre fue particularmente interesante, ya que podría afectar el cálculo de la futura presión inflacionaria a partir del crecimiento de salarios, además de ajustar el propio mercado de empleo. En otras palabras, la subida de los salarios afecta a ambos lados del mandato de la Fed, inflación/maximización del empleo."
 
La posible capacidad de la Fed para normalizar los tipos es un reflejo de los principios de EE.UU., y Hardy añade que "cuanto más se anticipe le primera subida de tipos de la Fed para el ciclo, más pesimista será para el dólar estadounidense, especialmente cuando otros bancos como el Banco de Japón y el Banco Central Europeo se encuentran en una clara postura de flexibilización y continúan expandiendo sus balances."
 
A finales del 2014, es extraño leer sobre un banco central que no esté preocupado por la flexibilización. En Australia y Nueva Zelanda, los creadores de políticas hablan sobre la necesidad de conducir sus divisas en cada oportunidad. En China, Pauline Loong de Asia-analytica Research asegura que "el gasto fiscal encubierto y la flexibilización monetaria casi seguro que se extiendan en 2015".
 
Mientras tanto, Europa y Japón son esencialmente los equivalentes en bancos centrales de los niños menos afortunados que dan parte de sus meriendas para que otros niños jueguen con ellos. O les prestan su dinero .
 
ECB
 
Foto: El Banco Central Europeo. Foto: Taylor Hinton \ iStock
 
Trabajo duro
 
La caída del precio del petróleo de finales del 2014 tiró, y continúa tirando, a las economías productoras de petróleo más importantes como Rusia y Venezuela. Dado que EE.UU. es el tercer productor a nivel mundial, responsable del 12,23% de la oferta global (frente al 13,8% del primero, Rusia), uno podría esperar que el actual exceso de oferta produjera un importante contrapeso a las situaciones de caída mencionadas anteriormente.
 
Sin embargo, en realidad las cosas son más complicadas.
 
El jefe de materias primas de Saxo Bank, Ole S. Hansen, señala que, mientras que la producción de petróleo de esquistos bituminosos de EE.UU. está de hecho amenazada por los precios en caída, los menores costes de energía tienen sus ventajas para quien sigue siendo, según varias mediciones, salvo la paridad del poder adquisitivo, la economía más grande a nivel mundial.
 
De acuerdo con Hansen, "los precios medios de la gasolina en EE.UU. cayeron a 2,67 dólares por galón, el nivel más bajo desde 2010. Desde el máximo de abril, los precios han caído un 28%. Añade que después de la caída del combustible, los "consumidores estadounidenses han visto una reducción significativa en su factura de combustible durante los últimos 6 meses. Se estima que la escasez le ahorrará al consumidor estadounidense hasta 1.000 dólares por año".
 
El dinero que no se gaste en combustible probablemente se gaste en cualquier otra cosa. De acuerdo con los datos, los inversores de capital están cambiando a acciones minoristas, dado que muchos prevén mejores patrones de gasto. Matthew Yglesias de Vox apoya esta teoría y dice que "la caída de los precios del petróleo llevará a un mayor gasto de los consumidores, mayores ganancias y un mejor mercado de empleo, entre otros beneficios."
 
Ole Hansen señala que un recorte de la industria de esquistos butaminosos podría traer complicaciones, además el "refinanciamiento de la deuda [de la industria petrolera] también se transformaría en una patata caliente.”
 
No obstante, está claro que en cuanto al efecto de la caída del petróleo, EE.UU. no es Rusia. ¡Qué diferencia hace el 1,57% (más una gama casi infinita de otros factores históricos, institucionales y geopolíticos)!
 
¿El siglo de quién es?
 
En 1998, The Independent publicó un ensayo donde sostenía que el siglo XXI pertenecería a Europa. Dieciséis años más tarde, hasta el eufemismo más comprensivo señalaría que esta opinión se convirtió en algo poco frecuente.
 
Berlin in the 1800s
 
"Siempre tendremos el siglo XIX". Foto: Library of Congress \ Wikimedia Commons
 
Más recientemente (es decir, esta semana), publicaciones de Breitbart a MarketWatch y Vanity Fair sugieren que el siglo XXI en realidad pertenece a los chinos, porque a pesar del fuerte crecimiento del PIB, la economía de China se encuentra ante sus propios problemas medioambientales, demográficos y relacionados a la divisa. El hecho de que sobrepase a EE.UU. en términos de paridad del poder adquisitivo no significa que se puede considerar la supremacía china como conclusión inevitable.
 
Uno no invierte en el largo plazo sin antes mirar los gráficos del corto y largo plazo para los activos en cuestión, y es aquí donde divergen los intereses de los lectores de noticias financieras y los de los pronosticadores profesionales.
 
Por el momento, la economía estadounidense está mostrando fortaleza en áreas donde las economías más importantes son débiles y, a finales de octubre, la Reserva Federal dijo, esencialmente, que su programa de flexibilización cuantitativa fue "exitoso".
 
Por lo menos hay indicios claros de que la tendencia reciente de pronosticar la caída de los EE.UU. en el mejor de los casos fue prematura.
 
Particularmente, el jefe de estrategia de acciones de Saxo Bank, Peter Garnry, destacó que "tenemos una visión positiva sobre el S&P 500, esperamos que el índice aumente un 8-10 % el año que viene, conducido por un crecimiento del 8 % de los BPA y un E/P algo más alto".
 
Parecería que, contrario a las declaraciones de los pesimistas, hasta el momento el águila estadounidense no ha aterrizado .
 
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