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LA CAJA ESTÁ CADA VEZ MÁS VACÍA, TODO SE GASTA EN ADQUISICIONES

Moisés Romero - Miercoles, 08 de Noviembre
caja_r Los clásicos dicen que el dinero es uno de los activos que pierde valor con más rapidez, porque es el más sensible a la inflación y al paso del tiempo. Por eso, la estrategia inversora correcta consiste en neutralizar y superar en tasa anual el incremento de los precios para no sufrir sangrías patrimoniales irrecuperables. La acertada inversión en Bolsa, como en inmuebles, se ha consolidado como una fórmula eficaz. Hay, no obstante, que acertar y huir de la locura. En tiempos de dinero fácil y gratis como el actual la mayor parte de los actores en el mercado se lían la manta a la cabeza y se endeudan hasta las cejas. Lo que nos ocupa hoy es la otra parte del mostrador de la Bolsa, lo que se compra y se vende, es decir, las empresas. Los responsables de éstas han hecho lo mismo. En las cajas de muchas compañías sólo hay telarañas, porque se lo han gastado todo en compras de otras sociedades. O sea, que es el momento de examinar con detenimiento qué es lo que han comprado las compañías que el inversor, a su vez, quiere comprar en Bolsa.
La llamada a la reflexión que hacen los mejores gestores del momento es lógica. Hay empresas que se han endeudado a tipos cero, pero que arrastrarán durante muchos años la póliza del crédito, que deberán abonar con tipos de interés más altos. Algunas, como sucedió en ciclos anteriores, sucumbirán al empeño. Hay compañías que han comprado sociedades emponzoñadas y serán sometidas a lavados de estómago cuando llegue el momento de la digestión. Algunas no superarán el trance. Otras han comprado activos inservibles, imposibles de hincarles el diente. También, claro está, existirán compras exitosas. 
La temporada de dinero fácil, que algunos vaticinan llega a su fin, ha hecho que el volumen de fusiones y adquisiciones en Europa en lo que va de año supere ya el billón de dólares (790.000 millones de euros). Un informe reciente de Goldman Sachs destaca que el ritmo de operaciones se mantiene alto y consolida la tendencia iniciada en 2002.
A los observadores les preocupa un  dato clave: el margen de flujo de caja disponible para operaciones se ha reducido en dos puntos en lo que va de año, hasta el 3,7%, mientras que el gasto de capital se ha acelerado hasta el 9%, frente al 3,5% del año pasado.  Los más optimistas dicen que esto demuestra que las compañías están invirtiendo en crecimiento futuro. Los más pesimistas consideran que se ha ido demasiado lejos y que llegarán más pronto que tarde las vacas flacas.
Apunte interesante es que las empresas de petróleo y gas son las que registran un porcentaje mayor de concentración sectorial en Europa, del 81%, por delante del 78% de las empresas de salud y del 75% de las de tecnología. En el último lugar figuran las empresas de servicios financieros y las de bienes y servicios, con un 25% y un 29% de concentración, respectivamente.
Visto este desglose parcial, muchos gestores han cambiado su visión de los mercados y proyectado estrategias en sentido contrario, es decir, abandonan de manera paulatina los sectores energéticos y aumentan el peso en bancos y telecomunicaciones. Se trata, siempre, de ir por delante del dinero. Puede suceder, no obstante, que el dinero se quede donde está, porque la caja se ha quedado vacía. Entonces, el gestor deberá volver sobre sus pasos.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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