La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

?I WANT MY MONEY BACK?, O POR NARICES, VAMOS - 1

Santiago Niño Becerra - Martes, 14 de Junio

Hace unos dí­as decí­a en lacartadelabolsa que si alguien, hoy, deseaba ser tenido por progresista debí­a estar a favor de la emigración y del matrimonio homosexual. Siendo absolutamente cierto lo anterior, otro elemento debe ser incorporado a la lista de cosas que toda/o ciudadana/o debe cumplir para figurar en el progresismo: no cuestionar absolutamente ninguna decisión que se tome en el seno de la UE, es decir, estar -siempre- a favor de lo que sobre Europa decidan los que rigen e influyen en los designios europeos.

El tí­tulo de hoy proviene de una frase que la Sra. Thatcher pronunció en 1984 cuando puso sobre la mesa un hecho que, cambiando el complemento directo, ha sucedido y continúa sucediendo en Europa: ?si yo doy algo, ese algo debe beneficiarme de alguna manera porque si no, me cuestionaré el continuar dándolo debido a que yo también tengo problemas'.

¿Por qué he tomado esa frase de la primera ministra británica de la época como tí­tulo de esta miniserie?, pues porque, en el fondo, fondo, el ÚNICO problema que hoy Europa tiene es de dinero; ni polí­tico, ni de soberaní­a, ni cultural, ni legal; de puro y simple dinero, es decir, lo que pasa, ha pasado y va a continuar pasando en Europa es -como reza aquel refrán español- el resultado de la mohina derivada de una situación en la que falta harina.

Europa moderna nace, en 1945, tras una guerra horrorosa y con una historia de enfrentamientos entre los Estados que la integran que se remonta a la desaparición del Imperio Romano, es decir, los territorios de esta Europa nuestra de hoy habí­an estado SIEMPRE, por un motivo o por otro, enfrentados; el colofón llegó al acabar la II Guerra Mundial: esos territorios europeos estaban destruidos, miserizados y metidos en un tinglado que, esta vez sí­, no habí­an ellos liado: la Guerra Frí­a.

A alguien se le ocurrió que el único camino para que los paí­ses europeos dejaran de enfrentarse era la economí­a. A algunos de esos paí­ses empezaron a llegar dólares USA a fin de que la miseria no hiciese que la gente empezase a votar cosas que no debí­a votar, y algunos de esos paí­ses comenzaron a firmar acuerdos económicos entre ellos y, como cuando se está muy abajo es fácil subir, y como a la gente le gusta estar cada vez mejor y las circunstancias eran propicias para ello, los acuerdos firmados comenzaron a rendir frutos, bastantes europeos empezaron a estar mejor y una cosa llamada PIB empezó a crecer; pero a la vez que se plantó la semilla del crecimiento, se plantó la del futuro enfrentamiento.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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