La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

ESPAÑ‘A

Santiago Niño Becerra - Martes, 25 de Enero

De tanto repetirlo casi ya no tiene sentido, pero, ¡bueno!, ¡vamos allá!. España no va bien (creo que soy el primero en decirlo), y ahora le toca recibir al sector exterior: España importa más de lo que exporta y los ingresos por turismo y las rentas de los emigrantes ya no compensan esa diferencia negativa.

Hasta aquí­ los hechos, pero yo les recomiendo un ejercicio: tomen un listado de lo que España exporta y tomen otro de lo que importa y analicen qué bienes y servicios figuran en ambos listados; luego tomen esos mismos listados para Suecia y compárenlos con los españoles. Cuando lo hayan hecho, sí­rvanse un Drambuie con hielo (ya no se dice on-the-rocks, con lo bien que quedaba), siéntense en un sillón que sea cómodo, y mediten.

Mediten en que cuando los paí­ses europeos cuya economí­a, hoy es algo en el mundo mundial habí­an completado la fase de acumulación originaria de capital y estaban iniciando la II Revolución Industrial, España estaba enfrascada en su restauración monárquica y aún no habí­a entrado en la I, es decir, España continuaba siendo un paí­s totalmente agrario. A partir de aquí­ nos fuimos alejando más y más de la tendencia y aproximándonos al lugar en el que hoy estamos, y, ¿dónde estamos?.

Estamos en un lugar en el que nuestros precios crecen más que los de nuestros competidores, sí­, pero, ¿los precios de qué?, pues los precios de los bienes de medio y bajo valor añadido. Estamos en un lugar en el que se culpa a los costes laborales de nuestros males, pero no al verdadero culpable: la baja productividad. Estamos en un lugar en el que el turismo es básico para enjugar el déficit por cuenta corriente, sin embargo nos hemos especializado en un turismo de baja calidad. Estamos en un paí­s de más de 40 millones de habitantes que no es capaz de generar empleo de calidad para toda su población activa y susceptible de ser activa.

Estamos en un paí­s en el que gran parte de la población cuenta con una formación inadecuada; en el que la inversión pública y privada es insuficiente; con una tasa de ocupación temporal y precaria disparada, con un fraude fiscal elevado pero, en gran medida y desgraciadamente, necesario; y en el que la mentalidad de gran parte de aquello que antes se llamaba ?la clase dirigente' está superada.

Esto, ni más ni menos, es España. ¿Cuándo llegaremos a darnos cuenta de una p--- vez?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad d Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]