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AULNAY-SOUS-BOIS (1)

Santiago Niño Becerra - Martes, 07 de Febrero
Si no fuese por una tira en movimiento que al principio de la página llamaba la atención del visitante y que informaba, someramente, de los últimos sucesos acaecidos en la localidad, nada llamaba la atención en una visita realizada en los primeros díт­as del pasado noviembre, al magníт­fico sitio informativo de este municipio cercano a Paríт­s ( www.aulnay-sous-bois.com ).

En los años de la Revolución (Francesa, naturelment), Aulnay-líт¨s-Bondy, que esa era entonces su denominación, contaba con unos 600 habitantes agrupados en las 1.560 Ha con que contaba el municipio y de las que 200 eran de bosque. En 1903 la localidad adopta su nombre actual: Aulnay-sous-Bois y en 1926, la villa habíт­a alcanzado los 21.636 habitantes.

Hoy, en nada se parece Aulnay-sous-Bois a aquel lugar que los parisienses ?descubrieron' en el último cuarto del siglo XIX; el motivo radica en la brutal transformación que todo el Departamento al que la localidad pertenece -Sein-Saint Denis- sufrió a partir de los años 60 al transformarse, primero, en un conjunto de ciudades dormitorio y, más tarde, en una aglomeración de colmenas-vivienda -20 pisos de altura y 25 m2 de superficie habitable- destinado a la emigración.

Hoy, transcurrido más de tres meses -¿tanto, ya?- desde el comienzo de los sucesos que en los últimos díт­as de octubre y en los primeros de noviembre sacudieron esa zona y otras de parecidas caracteríт­sticas, situadas en los aledaños de otras grandes ciudades francesas y continúan apareciendo análisis que diseccionan sus causas y consecuencias; entiendo que todos esos análisis -al menos todos los que yo he leíт­do- no atinan a identificar la que, pienso, es la causa primera de tales sucesos: la transición sistémica en la que el sistema económico -y social- se halla inmerso.

Posiblemente, Francia sea el paíт­s en el que el fenómeno de la emigración haya alcanzado una mayor dimensión, y no sólo por el número de emigrantes y de descendientes de los emigrantes que residen en el hexágono. El modelo francés de emigración -empleos de media y baja cualificación, asimilación y agrupamiento en barrios situados en los bordes de las grandes ciudades- es un tíт­pico exponente de los años del crecimiento económico continuado en el que el pleno empleo, para los nacidos en el paíт­s y para los inmigrantes, era real.

Los emigrantes llegaron -les fue permitida la llegada- porque eran necesarios y si se fue permitiendo su reagrupamiento familiar fue porque se consideró un mal menor y porque significó un nuevo aporte de mano de obra a la economíт­a francesa, pero hoy, con tasas de desempleo del factor trabajo cercanas al 30% en algunos de esos barrios y del 50% entre los jóvenes sin estudios (sin datos, ni siquiera aproximados, de los niveles de subempleo), y con un modelo de protección social en retroceso, los problemas han surgido ante el incidente más nimio porque a la situación de cambio sistémico que se vive en el planeta, en Europa y en Francia, la realidad social reinante en estas banlieues es un caldo de cultivo ideal para el conflicto.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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