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CONDUCIR CON (NO POR) EL ESPEJO RETROVISOR

Moisés Romero - Lunes, 10 de Abril

{mosimage}Es lo que consideran los mejores analistas del momento. Siempre ponen los puntos sobre las íт­es y, por ello, advierten de que no es lo mismo conducir con la ayuda del espejo retrovisor, que es lo que mandan los cánones, que maniobrar sólo por y para el espejo retrovisor, porque el tortazo está a la vista. O sea, la mirada siempre al frente y ojeadas, repasos, al pasado por si acaso algún energúmeno de la carretera intenta adelantarnos por dónde no debe ni puede. El asunto alcanza en esta ocasión su máxima vigencia ante los datos exultantes de empleo, se midan como se midan, conocidos el viernes en Estados Unidos y que produjeron algunos mareos súbitos en las principales Bolsas del mundo.

Los que conducen con y sólo con el espejo retrovisor en las carreteras llenas de obstáculos de las Bolsas aún tiene en la retina informes de situación y de estrategia alarmistas respecto a la recaíт­da del estado de salud de la economíт­a de Estados Unidos, lo que determinaríт­a, se ha dicho hasta mediados de la semana pasada, un alto en el camino alcista de los tipos de interés. Se explicaríт­a asíт­ la sordera de los bonos, curada ya en las últimas semanas, y la hinchazón enorme de burbujas fantasmagóricas como la inmobiliaria y la de la renta fija.

La Bolsa, no obstante, siempre mira al frente y el viernes frunció el ceño ante las buenas cifras de empleo en Estados Unidos, con tasas promedio en niveles de 2001. Pero sólo hizo un gesto feo, que es posible que no vaya a mayores. Es decir, que el enfriamiento económico por el que algunos grandes bancos de inversión apostaron a finales del año pasado y principios de actual no aparece por parte alguna. La primera economíт­a del mundo crece con fuerza, los consumidores mantienen niveles de confianza muy cerca de los máximos históricos y la bicicleta económica no se cae, porque el gentíт­o pedalea con fuerza.

Son los mejores mimbres para unas Bolsas que han llegado a la cima más alta de los últimos cinco años desfallecidas, que es lo normal. Es lógico, también, que cifras económicas y de empleo saludables contribuyan a oxigenar a los participantes en los mercados y que tras el descanso obligado, las Bolsas retomen el alza. Eso síт­, siempre con criterios más selectivos y rigurosos que los habidos hasta ahora.

Es normal, del mismo modo, que las autoridades monetarias fuercen nuevas subidas de los tipos de interés para frenar impactos inflacionistas indeseados tanto por la mejora del consumo y de las expectativas de empleo como por los altos precios del petróleo. La historia refrenda, en fin, que cuando los tipos de interés suben al compás de la economíт­a las Bolsas lo aceptan, aunque a corto plazo, como el viernes, se observen respingos, malos modos muy concretos. No obstante, a partir de ahora todo tiene que estar bien arropado con los resultados de las empresas, otro de los grandes fundamentos de las Bolsas.

Nunca es bueno, en fin, conducir por, para y con el espejo retrovisor, porque el camino está justo al otro lado, enfrente.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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