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THE GREAT GATSBY ? 4

Santiago Niño Becerra - Viernes, 05 de Mayo

USA, durante más de 50 años ha sido el motor de una economíт­a planetaria que iba a más, debido a que estaba cabalgando en un ?estado de bienestar' generado a partir de un sentimiento que empujaba hacia el MÁS-MAYOR-MÁXIMO (ese era el verdadero "Estado de Bienestar" cuyo concepto ha sido confundido con el modelo de protección social, cuando, en realidad, ese modelo no era más que una de las manifestaciones del "Estado de Bienestar" en el que el planeta estaba inmerso).

Pero ese Estado de Bienestar se basaba en un equilibrio muy delicado en el que mandaba uno, unos pocos teníт­an voz, otro hacíт­a de malo malíт­simo, Asia era sólo Japón y el resto meramente estaba regular, mal o peor, pero sin molestar. En esa situación, el MÁS-MAYOR-MÁXIMO podíт­a ir a todo trapo con la situación bastante controlada, pero hoy eso ya no es asíт­, ya que la cantidad de recursos disponibles es la que es, a que hoy es posible instalar una siderurgia en medio de la jungla de Borneo, a que son muchos los que pueden instalarla debido a que la información y el capital -¿existe alguna diferencia entre una y otro?- pueden viajar cuando, donde quieran y de forma instantánea, y a que hoy es posible con mucho menos factor trabajo fabricar lo mismo que antes, debido a que la productividad es creciente.

Pero, además, hoy existe un tinglado financiero que sostiene e interpenetra todo el sistema y que, si se cae, puede abrir la caja de Pandora: ¿qué sucederíт­a si una China acosada comienza a vender el 25% que atesora de los bonos USA?, ¿qué pasaríт­a si los fondos de inversión, ante la perspectiva de situaciones no esperadas, comenzasen a especular con los 100.000 millones de dólares que tienen invertidos en fondos vinculados al petróleo?.

Ya no estamos en el Estado de Bienestar (por eso se está acabando el modelo de protección social), y la devaluación del dólar es una señal de ello, la señal de que el MÁS-MAYOR-MÁXIMO se ha acabado y de que hemos llegado al "que cada palo aguante su vela", como pueda, como sepa y como le dejen, una devaluación del dólar que nos emboca en el comienzo de algo ya conocido: una situación de sobreproducción acompañada de una realidad de subconsumo agravada por la tendencia a la baja en la capacidad de oferta de petróleo.

En una situación, en una realidad como esa, las bolsas caen, las expectativas se hunden, el consumo se reserva para lo seguro y la inversión para lo necesario. No hay alegríт­a, no hay especulación. El gasto en servicios es el imprescindiblemente imprescindible en los más imprescindibles servicios. No se envíт­an fotos por el móvil, ni se va a esquiar a Chile en el verano europeo, ni críт­os ingleses, rojos como cangrejos, consumen cerveza por metros en los bares de Magaluf. Ni se compran pisos a 2.000 euros el metro cuadrado, ni se firman contratos de leasing en la creencia de que la mayor productividad hará necesaria su renovación dentro de seis meses.

Y, ¿saben Uds. cuándo sucedió algo parecido?, se lo digo yo: en 1929; pero con una diferencia fundamental: entonces se iba a más, ahora se va a menos: ¿qué, si no, significa la devaluación de LA moneda sino el inicio de una larga fase restrictiva y menguante?.

¿Quién será el Scott Fitzgerald que, en estos momentos, ya se halla escribiendo la segunda parte de "The Great Gatsby"?.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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