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THE GREAT GATSBY ? Epíт­logo

Santiago Niño Becerra - Lunes, 08 de Mayo

Si, utilizando el procesador de textos Word, Uds. teclean "perspectivas" y emplean la opción ?Sinónimos' que el procesador incorpora, una de las posibilidades que les aparecerá será "apariencias", y, como Uds. saben, ?lo aparente' es de las cosas menos seguras que en este mundo nuestro puede haber.

En su Informe de Primavera, las perspectivas que el FMI prevé para los próximos meses muestran un buen año (¿lo continuarán manteniendo en el Informe de Otoño?; en mi modestíт­sima opinión, no), pero con riesgos, y peor que el 2005. ¿Riesgos?, ¿qué riesgos?, pues unos tipos de interés al alza y un consumo a la baja (el Fondo no lo dice, pero, ¿adivinan que ocasionará ese descenso en el consumo?).

Los razonamientos que el FMI, asíт­ como los que otras instituciones y expertos de reconocido prestigio, llevan tiempo aplicando a la economíт­a del planeta son curiosos. Dicen, esas instituciones y esos expertos, que el consumo debe ser sólido, pujante, ya que el PIB -y más en un mundo globalizado- se basa en eso: en el consumo de caramelos de menta, de Audis A8, de software para el control de aeropuertos, de maquinas herramientas guiadas por control numérico, de cuadros de Picasso y de preservativos de colores, por ejemplo.

Pero para que las ciudadanas y los ciudadanos consuman -las y los de todas partes- tienen que poder endeudarse, es decir, o deben disponer de una renta que les permita tal endeudamiento, o ?alguien' debe decidir que la capacidad de endeudamiento de esas ciudadanas y de esos ciudadanos debe ser elevada, y para ello debe permitirse que lo sea.

Pero una atmósfera de consumo creciente, precisa una oferta creciente a precios, o mantenidos, o decrecientes, y debe ir acompañada de unas ansias consumistas al alza; si lo primero no sucede, se genera inflación; si no acontece lo segundo, es exceso de oferta lo que puede producirse.

La economíт­a mundial ha entrado -ya hace años- en una fase en la que la demanda de commodities se halla disparada a fin de fabricar cantidades ingentes de bienes de consumo para unas crecientemente endeudadas ciudadaníт­as cuyas perspectivas de empleo no son excesivamente halagíт¼eñas debido a que la necesidad de factor trabajo va a la baja. Pero cuando los precios crecen debido a una oferta menor a la demanda existente, o debido a unos costes de fabricación al alza, y la inflación aparece, se aplica el viejo manual: aumentos de los tipos de interés (ya no digamos que, además, se estén produciendo tensiones geopolíт­ticas a nivel internacional).

Ahora dice el FMI que la inflación puede que esté apareciendo por el horizonte y que el endeudamiento de las familias puede que haya llegado a cotas peligrosas. Los riesgos radican en los impactos que sobre el consumo puede tener un alza de tipos y en los impagos en que pueden incurrir unas excesivamente endeudadas familias; pero hay que consumir; es imperativo consumir. ¿Por qué no es abordada la solución?: fuertes aumentos en la productividad; pues porque eso ocasiona otros problemas; peligrosos, inquietantes. Y en este decorado aparece la devaluación del dólar.

¿Se imaginan Uds. un escenario en el que se sumen inflación, devaluación del dólar, escasez de commodities, agotamiento de la capacidad de endeudamiento y gasto social a la baja?. Un escenario asíт­ seríт­a el perfecto anticipo de lo que el viernes decíт­amos; ya no digamos si, además, USA continúa aumentando los tipos a fin de continuar atrayendo capitales.

Las apariencias -dice el Fondo- no son malas, pero este año va a ser peor que el anterior; y, para muchos, el anterior no fue demasiado bueno: que se lo pregunten a quienes vieron dispararse su deuda y reducirse sus expectativas laborales. Lo dicho en otras ocasiones: "Virgencita, ¡que me quede como estoy!". (Lo que sucede es que, pienso, la Virgen está ahora ocupada en otros menesteres).

 

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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