Working Paper AJ47/1T ? 2

Santiago Niño Becerra - Jueves, 22 de Junio

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(For Your Eyes Only)

Entre los años 2003 y 2010 se fue asistiendo a la destrucción de la filosofía que había sustentado el sistema salido de la Guerra Mundial de 1939. En lo jurídico fue donde más evidente pudo ser apreciada tal destrucción, quedando ésta perfectamente reflejada en la pérdida de importancia de los organismos internacionales entonces vigentes. (Véase en el Anexo P "Doctrina Bush" y "ataque preventivo"). Sin embargo, fue en el plano económico donde las implicaciones del cambio de substrato filosófico tuvo una mayor implicación.

A partir del año 2003, la economía del planeta fue adquiriendo un tono ambivalente. Por un lado, el aumento de una magnitud -en aquellos años muy utilizada- denominada PIB (Ver Anexo M), se mostró muy sólido; pero, por otro, tal aumento se fue concentrando en unas áreas concretas, lo que dio lugar a mayores desigualdades entre las zonas de alto crecimiento y las de crecimiento bajo.

Paralelamente, fueron cobrando creciente importancia una serie de factores ajenos a la filosofía que había animado al sistema hasta aquellos momentos. Así, el endeudamiento privado fue alcanzando cotas inimaginables años atrás; la escasez de petróleo, en aquellos años la principal fuente energética, la más importante fuente de combustibles y uno de los componentes básicos en la elaboración de más de treinta mil bienes indispensables para la vida humana, se fue tornando insostenible; las concentraciones oligopolistas fueron aumentando; el dólar estadounidense, la divisa en la que se valoraban nueve de cada diez transacciones económicas que tenían lugar en el planeta fue tornándose frágil, alimentada por los déficits de su país emisor.

A pesar de que las comunicaciones jugaban un papel fundamental en todos los actos económicos, sociales y políticos, entre los años 2005 y 2007 un sin número de problemas fueron afectando a la calidad de la transmisión de la información base de tales comunicaciones. Los motivos fueron varios, pero, el principal, el crecimiento exponencial en la cantidad de información transmitida y recibida y que acabó afectando las capacidades receptoras de los destinatarios de los flujos de información. Tales dificultades acabaron afectando a todo tipo de comunicaciones, tanto electrónicas como de transporte.

Entre mediados del 2005 y finales del 2007 comenzaron a ser evidentes las disfunciones del sistema, motivo por el que son diseñadas una serie de estrategias a fin corregir esa situación; la devaluación del dólar estadounidense destaca entre las que tuvieron un mayor impacto futuro.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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