La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

AHORA QUE SE ESTRENA NUEVO SEMESTRE, VUELVEN LOS CUENTOS DE HADAS Y DE MIEDO

Moisés Romero - Lunes, 03 de Julio
bruja Los amantes del riesgo y de la emoción están de enhorabuena, porque el recién acabado primer semestre de 2006 ha estado plagado de movimientos y sentimientos enfrentados. La ley del péndulo se ha mostrado implacable y el principal indicador del mercado ha sido capaz de atesorar en el periodo un alza superior al 11% y de perderla en apenas tres semanas, para luego recuperar gran parte. Más emoción, y deterioro de expectativas con ello, imposible. Junio se fue y con él el primer semestre, pero la noria de la Bolsa sigue con su movimiento rutilante. Ha entrado julio en juego y ha llegado el momento de trazar nuevas proyecciones aun a sabiendas de que ninguna de ellas se cumplirá. Es obligado, con todo, realizarlo. Son momentos de escribir los cuentos de hadas o de terror, según sea el criterio de cada uno de los actores. Los protagonistas indiscutibles en la nueva historia sin escribir de la Bolsa serán los tipos de interés, la inflación y los resultados empresariales.
Volver a empezar, aunque a diferencia de enero ahora el punto de partida es muy diferente. A principio de año se suele echar a andar con el contador a cero. Aquí y ahora, la mayor parte de los actores en el mercado tienen una o varias cicatrices en el cuerpo, las propiciadas por una violencia bajista sin precedentes desarrollada desde el 9 de mayo, que ha sido subsanada de manera parcial al término de junio. O sea, los bolsillos lejos de estar repletos de euros ofrecen muchos agujeros. Es más, algunos están vacíos. Por eso, el análisis del segundo semestre siempre es más complejo. Además de la sangría, influye el cansancio y el miedo.
 
Son momentos de volver a escribir proyecciones que nunca se cumplen. Los alcistas insisten en que las principales economías del mundo se mantienen en forma, lo que auspicia el mantenimiento de importantes tasas de crecimiento en el beneficio de las empresas y permite que las valoraciones sigan al alza. Consideran que las subidas de los tipos de interés acordadas en lo que va de año y las que aún pueden  concretarse tienen un efecto más psicológico que real y que, en cualquier caso, no afectarán de manera especialmente negativa al engranaje económico.
 
Los pesimistas repiten el monólogo de la sobrevaloración de los activos, de la convivencia de tres grandes burbujas, la inmobiliaria, la de los bonos y la de Bolsa. Consideran que los bancos centrales mantendrán la disciplina alcista de los tipos de interés para desactivar este fenómeno y que ante ello las Bolsas sólo pueden bajar, porque las expectativas pueden más que la realidad en asuntos bursátiles. Añaden, además, que los resultados de las empresas comenzarán a flojear y que el músculo de la actividad económica adelgazará.
 
Protagonistas, por tanto, los tipos de interés, la inflación y los resultados empresariales correspondientes al primer semestre del año. Ahora que la Reserva Federal de Estados Unidos acaba de hablar y de decidir una nueva subida de tipos de interés, toca volver la vista al BCE, que según su consejero, Axel Weber, debe actuar de forma preventiva y decisiva para conservar la estabilidad de precios y evitar una erosión de los activos particulares como consecuencia de la inflación.
 
Weber dice que una tasa anual de inflación del 3%, que algunos consideran benigna, restaría un 45% del valor de una cartera de ahorro en un plazo de 20 años.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




[Volver]