La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Basado en un hecho real

Santiago Niño Becerra - Lunes, 18 de Enero Sí, a continuación transcribo un mail que recibí no hace mucho. No digo más: Uds. mismas/os.

“(...) soy un currela mileurista sin demasiados estudios que ya no pasa de largo las páginas de economía de los diarios como hacía antes. Quería hablarle de lo que yo he llamado “Crisis de realidad”.
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Hemos vivido en un mundo virtual, donde la gente creía muchas cosas, creía que podía tener tal o cual coche, creía que podía tener tal o cual casa, que podía hacer tal o cual viaje, comprar en tal o cual tienda, tener tal o cual joya… Todo ello, claro está, apoyado por unas campañas de marketing brutales destinadas a “rascar” nuestros instintos primarios más básicos para hacernos reaccionar y comprar de manera impulsiva y como no, por la “barra libre” que durante mucho tiempo ha habido en las diferentes entidades financieras que habían llevado a cabo la concesión de operaciones de crédito impensables por ser totalmente inviables.

También se habían dado situaciones alucinantes como que te llegaran tarjetas de crédito por correo a casa (que tú no habías solicitado jamás) con “nosequantos” miles de euros concedidos, o que te martillearan a telefonazos en casa diciéndote que te habían concedido “nosequantos” miles de euros -¿pero por qué señorita, a qué se debe esto? Preguntaba yo, -Pues mire señor, es una promoción que estamos haciendo en la zona y usted ha sido elegido por nuestra entidad. Ѣ€” ¡Joder! ¡Que importante que soy! ¡Los bancos vienen a por mí y no es para cobrarme nada si no que vienen a darme pasta! ¡Que pasada!

Otra situación habitual era cuando ibas a firmar la queridísima hipoteca de tu tan ansiada casita, comprada con el total convencimiento de que estabas haciendo el negocio del año, de que era un precio súper atractivo y de que el banco/caja te estaba haciendo el favor de tu vida. Recuerdo cuando el señor me decía -Oiga, podría usted pedir 12.000 o 18.000 Ñ¢”šÂ¬ más para cambiarse el coche o para hacer un buen viaje, ¡usted se lo merece! Ѣ€” ¡Pues claro pensaba yo! ¡No voy a ser tan gilipollas, tan tonto de no aprovechar la ocasión! (Lo mismo pensé cuando me llamó la señorita a casa y me dijo que tenía concedidos, por el morro, 20.000 euros para lo que yo quisiera, como no voy a aprovecharlo!) ¡Ay! quien los ha visto y quien los ve a esta gente que nos daba tanto dinero!. Vete a ver al/la señor/a del banco/caja etc. a ver que te dice ahora (eso si aún está allí trabajando y no los han despedido o prejubilado).

En poco tiempo pasé de necesitar 1 aval para un crédito de 400.000pts (2.404Ñ¢”šÂ¬) a que, sin yo solicitarlo, tuviera concedidos 12.000 Ñ¢”šÂ¬ por un lado, 20.000 Ñ¢”šÂ¬ por otro, sin avales y, repito, sin haberlos solicitado. No había tiempo para digerir aquello, mucha gente acaba de tener su particular crisis de realidad.

El/la que tuvo la cabeza bien amueblada, controló la situación y no picó pues bueno, se supone que bien, el que picó, pues bueno, se supone que también estuvo bien, puesto que si no fuera por eso no hubiera ido a Egipto o a donde sea… Pero lo que está claro es que todo ello generó una situación que no era real, en realidad, mucha de la gente que compró esa casa, ese coche, esa joya, ese viaje no podía hacerlo, le hicieron creer que sí pero no era verdad, no era real. Se creó una falsa sensación de que lo podías tener todo. Recuérdense los brutales spots publicitarios “Me lo llevo” y “Lo quieres, lo tienes” éstos muestran claramente el percal que ha habido este tiempo. Ahora por suerte o por desgracia habrá que cambiar el “Lo quieres, lo tienes” por “¿Lo necesitas realmente?” Ser más realistas en definitiva.

Otro tema que ha alimentado este mundo virtual ha sido que mucha gente ha movido mucha pasta sin ni siquiera verla, sin pasar por sus manos, sin tener una verdadera sensación de haberte gastado un dinero. Se hacían miles de operaciones al día sin que ni siquiera vieras un céntimo. Se de gente que ha empezado a dar de baja las tarjetas para poder controlar mejor sus gastos, parece ser que el hecho de llevar dinero contante y sonante te hace tener más conciencia y ser más realista del gasto que llevas.

Y en fin, qué decir del negocio de compra/venta de pisos, casas etc. al que se apuntó muchísima gente pensando que jamás bajarían (tal y como se encargaban de recordarnos las partes interesadas), y de la especulación ferocísima que parecía no tocar techo nunca. ¿Era eso real?

A mi modo de ver, lo que le va a costar a mucha gente es afrontar y aceptar que en muchos casos volverán a la situación que tenían antes de todo este lío de “boomes” varios y consumo atroz, es decir, volveremos a nuestra situación real, a como se supone que debíamos estar, a tener lo realmente necesario, a tener el coche, la casa etc. que en realidad podemos tener, que podemos pagar sin endeudarnos para toda la vida. Todo lo otro NO ERA REAL era mentira, sí, quizá necesario en cierta medida, pero al fin y al cabo irreal. La gente deberá bajar de esa nube, afrontar la realidad, reflexionar y aprender de lo sucedido para encajar los cambios venideros con fortaleza y esperanza, controlar nuestros instintos y emociones y ser conscientes de lo que hay.

Muchas personas van a estar peor de lo que estaban antes de “este jaleo” puesto que mucha gente ha descubierto ahora que yendo a ver al del banco y dándole las llaves de nuestro piso para zanjar la deuda que tenemos no soluciona nuestro mayor problema que es el de deber muchos, muchísimos miles de euros por una casa que no podemos pagar, que no podemos vender y que en caso de hacerlo en muchos casos no cubrirá ni de lejos la deuda con el banco. Ѣ€“Pues bueno que me embarguen el piso y ya está. (Dice el que tengo enfrente) -Sí señor, (dice el de mi derecha) claro que se lo embargarán, se cubrirá una parte de la deuda que tiene usted vendiendo su piso en subasta, que tal como está el patio, dese usted con un canto en los dientes si se vende por la mitad de lo que costó, y el resto hasta llegar a la deuda contraída con el banco seguirá usted debiéndola hasta que la pague.

En aquel momento me atraganté con el sorbo de la caña que estaba bebiendo y me entró un sofoco tremendo, en ese mismo instante empezó mi crisis de realidad”.

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Mi respuesta fue:

“Entiendo lo que dice: tiene toda la lógica del mundo, pero eso que sucedió y que Ud. comenta era imprescindible que sucediese porque si no ... la economía no continuaba creciendo. El sistema llegó a un agotamiento en 1991 y desde ahí se ha crecido a base de un crédito creciente; era eso o no-crecimiento, y todo el mundo quería crecer, ¿no?. Pero un crecimiento de esa forma tiene consecuencias, claro: las que ahora están llegando”.

(Se siguen buscando -y encontrando- culpables: ahora le toca el turno a la FED y a alguien que ya no está: la Señora Presidenta del Fondo de Garantía de Depósitos ha dicho que si la FED hubiese hecho lo que tenía que haber hecho no se hubiese producido la burbuja de las subprime; ya estamos otra vez.

¿No se pregunta Ms. Sheila Bair, por qué no se hizo nada para evitar esa burbuja, o es que cree que el grado de subnormalidad de todos los responsables de los temas monetarios y financieros de la época eran tan tremebundos que ninguno se dio cuenta de lo que se les estaba viniendo encima por lo que las chicas y los chicos de la FED -con Greenspan a la cabeza- se dedicaron a hacer de su capa un sayo?; parece un poco absurdo, ¿no?.

Lo digo nuevamente: pienso que fue justo al revés. Alguien, muy inteligente, por cierto, vio que la única forma de que las entidades financieras continuaran haciendo negocio, de que la ocupación creciese, de que se siguiese generando PIB, en definitiva, era poner en marcha un tinglado que, con el tiempo, derivó en la burbuja subprime (entre otros pufos del momento). Pienso que es justo al revés de lo que dice la responsable del fondo de garantía USA: fue algo muy pensado, muy bien preparado, magníficamente orquestado; y bueno: funcionó a la perfección: el negocio de las entidades financieras aumentó, la ocupación fue para arriba, el PIB creció.

Suman toneladas las páginas que vanagloriaron las excelencias de Alan Greenspan como gestor de la FED, toneladas; ahora es un personaje perfecto para servir de chivo expiatorio, él y sus chicas y chicos de la FED. Posiblemente yo sea ya el único que sigue considerando a Greenspan un genio: hizo lo que hizo cuando tenía que hacerlo y del modo que tenía que hacerlo, y se consiguió lo que había que conseguir. ¡Que más podía pedirse!. ¿Las consecuencias de tal proceder?; las consecuencias las venden por metros en París, en el mercadillo de Montreuil, o en cualquier otro.

Y la nueva tasa USA del 0,15% sobre el pasivo no asegurado de entidades financieras (bancarias, básicamente) cuando éste supere los 50 miles de millones de USD, pues bueno, pues si. (De todos modos se sigue con lo mismo: la base imponible se calculará deduciendo de los activos los recursos propios de calidad; ¿en virtud de que se define qué es “calidad”?). Pienso que es más de cara a la galería que otra cosa: suponiendo que funcione, ¿van a arreglar algo 9 mil millones que es lo que se espera recaudar con el impuesto en cuestión?, y si no funciona porque las entidades dicen que no pueden pagarlo, ¿qué?, ¿se les va a embargar?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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