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El pasado que regresa Ѣ€“ y 2

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 20 de Enero Ahora se argumenta que a lo largo de esta década la creación neta de empleo ha sido casi cero, pero el nivel de ocupación ha llegado a ser estratosférico: ilustración ¿recuerdan que en el reino alguien llegó a insinuar que España se encaminaba al pleno empleo?; claro que mucha de esa ocupación era población activa encubiertamente desempleada y/o subempleada, pero eso daba igual: tenía un empleo, luego estaba socialmente integrada, y si las remuneraciones del trabajo no crecieron realmente durante los 2000, daba igual: para eso se dieron los créditos que la población solicitó sin preguntar a los prestatarios, casi, ni la hora (en España, entre 1997 y el 2007, y en términos reales, los salarios crecieron el 0,7% y la productividad decreció, pero la deuda privada pasó de equivaler el 65% del PIB a equivaler el 220%: ¿había algún problema?).

¿Por qué?, pues porque la gente “accedía a la posibilidad de ser propietaria” de una vivienda cuyo precio se multiplicaba sin cesar (conozco a un señor que adquirió una vivienda un Lunes y la vendió el Viernes siguiente, y en esos cinco días obtuvo una plusvalía de 24.000 euros), por lo que igual deba lo que sucediese: el bien hipotecado era la garantía perfecta: un bien cuyo valor siempre crecía. El tema era al revés: ¡ojala mucha gente impagase!, sería desahuciada y sus antiguas propiedades podrían ser vendidas.

La contabilidad de las empresas, las regulaciones contables, y las financieras, normas en el fondo, normas que no tenían que ser palos en las ruedas del crecimiento: todo tenía que ser vaselina que posibilitase la penetración del crecimiento en todos los intersticios de la economía, ¡y se creció!, mucho, muchísimo, entonces, ¿dónde ha estado el problema?.

“Es que se creció mal” dicen ahora muchos; ¡NO!, se creció de la única manera que era posible crecer: no había otra forma de crecer, no había otras herramientas para crecer porque cada época tiene sus formas, sus herramientas; o se crecía así, o no se crecía, y bueno, somos humanos, ¿no?. El problema: esa forma de crecer hiperaumenta la dependencia, el desperdicio, la sobrecapacidad, la imaginación de sueños irreales, ya, por eso ahora está viniendo lo que está llegando: la crisis sistémica: los Tártaros están ya a las puertas de la fortaleza, ¡pero es que les hemos estado llamando porque su existencia es lo que incitaba a todo el mundo a consumir de todo!.

Bueno, ahora ya se acabó: ya no quedan más conejos en la chistera, ya no hay más artificios que inventar; dentro de nada, mañana, tocará otra cosa: un cambio sistémico; ya nada volverá a ser como fue porque lo que ha sido ya ha dejado de ser. Pero por favor, no digan que se hizo mal: se hizo lo que había que hacer porque era lo único que se podía hacer. ¿Qué pasa, que además de buscar culpables queremos darnos cabezazos contra la pared?.

Si: mañana tocará otra cosa: la que salga del cambio sistémico que traerá la crisis (sistémica). Mmmmmmmmm. Pienso que se está imaginando un futuro tal-y-como-gustaría-que-fuese, no tanto como tendrá que ser. Entiendo que tenemos ante nuestras narices un problema de falta de recursos, de todo tipo, por lo que cosas como redistribuir, igualar, equidistribuir no pueden ser EL objetivo.

Al revés, si la vía va ser la óptima utilización de unos recursos crecientemente escasos, la eficiencia ha se de ser el camino para conseguirlo, eficiencia que pasa por la utilización de aquello que sea necesario para conseguirlo, y eso, entiendo, no pasa por la redistribución de unos recursos que son escasos entre unos elementos, entre unos factores, entre los que habrá bastantes que no van a ser necesarios.

Suena mal, ya, sobre todo porque hasta ahora nos han estado contando otras cosas, como que todo el mundo es importante, que todo el mundo puede acceder a un crédito (al menos); que todo el mundo es necesario, y cuantos más participasen de ese “todo el mundo”, mejor. Eso, parece, se acabó porque el producto de ese razonamiento no es eficiente; es genial para generar PIB bajo unos condicionantes, pero no para moverse en un mundo de recursos escasos.

De recursos escasos y de factores necesarios y no necesarios. Ah, y de boca-a-boca en redes sociales abiertas y participativas, pienso que queda muy poco o casi nada: habrá que hacer lo que sea necesario hacer, no las diferentes cosas que variadas redes sociales crean oportuno hacer, colaborando entre muchos cerebros necesarios, pero en una dirección conjunta, no según la bola de unos cuantos que muchos sigan.

(Es lo óptimo pero es muy difícil: resumir una realidad con una frase, con una palabra, con una cifra; es muy difícil pero cuando se puede se obtiene una visión estroboscópica de las cosas, y a veces se puede. Sonatrac es una compañía argelina que se dedica a la explotación y proveimiento de substancias energéticas, pues bien, Sonatrac, ella sola, genera el 24% del PIB de Argelia; y, ¿a cuánto asciende el PIB de Argelia?, se preguntarán, pues, más o menos, al 23% del PIB de España. Es decir, aunque la comparación que viene a continuación no sea correcta debido a muchos condicionantes de índole cualitativo, si Sonatrac fuese una empresa española sería una compañía que generaría el 5,5% del PIB de España. ¿A que acongoja tanto lo uno como lo otro?).

(Oído a la pisada: “Jim Rogers Says `Bubble’ in Shanghai, Hong Kong Property Market May Burst” (http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=aqp2.DUN5qaI&pos=5), y, bueno, ¿se imaginan que tan solo sea cierto la mitad de eso que está corriendo por ahí que dice el 40% de los créditos que ha concedido la banca china son incobrables?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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