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FRANCISCO GONZÁLEZ: LA MEJOR OPCIÑ“N PARA SALVAR UNA ENTIDAD CON PROBLEMAS ES LA INTERVENCIÑ“N DEL

Redacción - Lunes, 23 de Febrero ilustraciónFrancisco González afirmó el lunes que aunque en el sistema bancario español no han aparecido hasta ahora problemas de solvencia, "hemos de asumir que la duración y la profundidad de la crisis serán las que determinen si emergerán dificultades de solvencias en algunas entidades". El presidente de BBVA, que inauguró la V Conferencia Internacional de ABC "Europa y América ante los cambios", abogó por las ayudas públicas como uno de los mecanismos que habría que utilizar en el caso de que alguna entidad entrara en problemas de solvencia, aunque esas ayudas "de capital" deberían ser temporales y condicionadas a un plan de saneamiento y reestructuración. En este sentido, Francisco González defendió como mejor opción la ya probada en la crisis bancaria de los años 70 y 80: "la intervención y el saneamiento por parte del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), seguido de la vuelta al sector privado de la entidad ya saneada".

Francisco González inició su intervención planteando varias cuestiones relativas al papel de las entidades financieras en el origen y el desarrollo de la crisis que estamos viviendo y al papel que deben desempeñar en la recuperación. En este sentido, enmarcó el inicio de la crisis en el hecho de que “algunos bancos internacionales, buscando un rápido aumento de sus beneficios, se han apartado de los principios más sólidos de la práctica bancaria: la prudencia, la transparencia, el conocimiento de los clientes y el interés a medio y largo plazo de sus accionistas”. A lo que habría que unir un contexto de tipos de interés extraordinariamente bajos, una enorme abundancia de liquidez y un marco regulatorio y de supervisión deficiente.

Sin embargo, recalcó que no todos los agentes son iguales ni han actuado igual en la crisis. Destacó que entre los regulares y supervisores, el Banco de España se ha distinguido muy especialmente por sus políticas prudentes y de anticipación de los riesgos. Lo mismo ha ocurrido con los bancos. Para comprobarlo basta con repasar lo que ha ocurrido en el sistema financiero mundial en el último año y medio, en el que se ha producido una reordenación radical del sistema bancario global.

Entre los bancos que ocupaban los primeros puestos del ranking mundial hace 18 meses, varios han desaparecido; otros muchos han sido total o parcialmente nacionalizados. Otros están en riesgo de seguir el mismo camino que los anteriores. Y muy pocos han mostrado la solidez financiera y la fortaleza de su estrategia y su modelo de negocio necesarios para seguir generando resultados positivos en un entorno tan adverso”.

Tres fases de la crisis

“Tengo la satisfacción de poder decir que entre esos pocos está BBVA, un grupo fuertemente capitalizado, capaz de generar más de 5.000 millones de beneficio en 2008 y que, en el transcurso de la crisis, ha pasado del puesto número 17 del mundo por capitalización bursátil (junio 2007) al puesto número 7 (diciembre 2008)”, afirmó Francisco González.

En ese momento de su intervención, el presidente de BBVA se refirió a las tres fases que, en su opinión, va a tener la crisis financiera:

*La primera es la que denominó la fase “financiera”, marcada por los problemas de liquidez y las pérdidas por la repreciación de activos financieros. “Todavía quedan en los balances de muchos bancos pérdidas no afloradas, pero esta fase, en mi opinión, está en su etapa terminal”, afirmó.

*La segunda fase ya ha comenzado y marcará los próximos años. Se caracteriza por el impacto de la recesión económica sobre la calidad del crédito, con un fuerte aumento de la morosidad. En su opinión, “esta fase va a reducir aún más el número de supervivientes en el sistema financiero global. Y la clave que determinará el ser o no ser, es el capital, la solvencia de las entidades”.

*Cuando esta fase se supere, todavía quedará la tercera, que definió como “la inevitable reconversión industrial del sector para afrontar los grandes cambios tecnológicos y sociales de las últimas décadas: una transformación hacia un sistema bancario mucho más eficiente, que sepa aprovechar la tecnología para ofrecer más y mejores soluciones a una clientela mucho más exigente”.

A continuación, Francisco González explicó en lo que, a su juicio, debe consistir la contribución del sistema financiero a la recuperación económica. “En los últimos meses -comentó- hemos escuchado voces, cada vez más numerosas y vehementes, reclamando a las entidades financieras que incrementen el crédito a las familias y las empresas, en muchos casos presentando esa reclamación como una contraprestación por las ayudas públicas a la banca”.

“Creo que éste es un enfoque erróneo”, aseguró el presidente de BBVA, para argumentar a continuación lo que la banca puede y debe hacer para limitar la profundidad y la duración de la crisis e impulsar una recuperación sostenible.

La primera parte de su análisis lo dedicó a explicar lo que está ocurriendo con el crédito. “Es evidente Ѣ€“dijo- que el crédito se está desacelerando. Y es inevitable que así sea, porque la crisis económica afecta de manera muy negativa a la demanda de crédito. Por ejemplo, en España hemos pasado, en poco más de un año, de un crecimiento del PIB nominal superior al 6%, a tasas seguramente negativas en este primer trimestre de 2009”.

Por otra parte, apuntó que la caída de la demanda de crédito se ve agudizada por el elevado endeudamiento de las empresas y las familias españolas. En contraposición a esa caída de la demanda Ѣ€” en BBVA, el número de peticiones de crédito en España cayó más del 20% en 2008 -, los criterios de concesión de crédito no han variado de forma significativa.  Francisco González ilustró esta apreciación con los datos de BBVA: en 2007, el Banco aprobó el 78,1% de los créditos solicitados en España; en 2008, ese porcentaje fue del 73,2%.

Prudencia en los créditos

No obstante, como resultado de esta política, el saldo de crédito concedido por BBVA continuó aumentando en 2008 muy por encima del crecimiento del PIB nominal. El mismo comportamiento ha registrado en todos los mercados donde está presente.

“Pero este aumento del stock de crédito Ѣ€“subrayó- no es lo único que mide el esfuerzo de los bancos, y de BBVA, por atender las necesidades de su clientela. También estamos haciendo un gran esfuerzo en términos de reestructuraciones, alargamiento de plazos y renegociaciones de créditos ya existentes. Todo esto, que no aparece en las estadísticas como un aumento del crédito, supone un coste importante para los bancos, y es crucial para la supervivencia de las empresas y el sostenimiento de la actividad económica”.

En este sentido, Francisco González afirmó: “En BBVA somos conscientes de que, en el actual contexto de dificultades, tenemos una responsabilidad especial con nuestros clientes. Y queremos dar crédito a todo aquel que lo pida y pueda, razonablemente,  hacer frente a los pagos. Hemos dado instrucciones muy precisas a nuestra red para que se lo piensen mucho antes de denegar un crédito”.

“Sin embargo Ѣ€“añadió-, un banco responsable no puede conceder créditos más allá de lo que la prudencia exige. Si así lo hiciera, estaría haciendo un flaco favor a sus clientes, que habrían de asumir cargas a las que no podrían hacer frente en el futuro, agravando sus problemas. Al tiempo, ese banco estaría comprometiendo su propia solvencia y el futuro de sus accionistas, sus empleados y de todos sus clientes. Y, por último, estaría perjudicando al conjunto de la economía española, porque financiar un mal proyecto no genera riqueza ni empleo estable; sólo detrae recursos que se emplearían de forma productiva en otros proyectos más sólidos”.

“En definitiva Ѣ€“recalcó-, sería inútil y contraproducente que los bancos forzaran la máquina del crédito. Pero se pueden hacer otras cosas para asegurar un flujo adecuado de financiación a los prestatarios solventes y a los proyectos viables”.

Respecto a esas otras posibilidades, se refirió a las llamadas “ayudas públicas”, para puntualizar que “en España, hasta hoy, no ha habido, como sí ha ocurrido en otros países, aportación alguna de recursos públicos a los bancos”.  En este sentido, el presidente de BBVA comentó que los programas en vigor en nuestro país pretenden apoyar la liquidez de aquellas entidades que la necesiten, vía adquisición temporal de activos o concesión de avales por el sector público. Estos instrumentos tienen un coste que pagan las entidades.

“Aún es pronto para evaluar el efecto de estas ayudas, pero, en mi opinión, este programa tendrá un efecto positivo y contribuirá a limitar la desaceleración del crédito”, subrayó Francisco González, quien recordó que BBVA no ha hecho uso de estas facilidades.

BBVA emite sin aval

“Hemos actuado así Ѣ€“afirmó- porque entendemos que de esta forma atendemos mejor a las necesidades de nuestra economía. Entidades como la nuestra, con una fuerte posición de liquidez y capital, con capacidad para obtener financiación en condiciones adecuadas en los mercados internacionales tienen la responsabilidad de buscar financiación por sus propios medios, ayudando a abrir los mercados a otras entidades y dejando más recursos disponibles a aquellos que tienen más dificultades”.

Sobre este asunto, comentó que BBVA realizó con éxito y sin aval público la mayor emisión de deuda senior de nuestro sistema financiero desde verano de 2007. Como ejemplo del “talante constructivo y de cooperación con las autoridades” de BBVA puso la participación del Banco en otras iniciativas públicas como las líneas del ICO: BBVA es el colocador líder del principal programa del ICO para pymes, con una cuota del 12%. Adicionalmente, BBVA ha lanzado campañas específicas de soluciones “anticrisis” para particulares, autónomos y empresas, de rentabilización del ahorro y de oferta ágil de créditos o la adaptación de los créditos existentes a las nuevas circunstancias.

Sin embargo, Francisco González apuntó que todavía se puede y se debe hacer más para limitar la profundidad y duración de la crisis y promover una recuperación más temprana y sostenida.  “Pero siempre Ѣ€“subrayó-, partiendo de dos premisas básicas: primera, que esta es una crisis global, y que la coordinación internacional es clave para mejorar los resultados de las políticas aplicadas. Y, segunda, que la prosperidad de todos depende del libre comercio. Ceder a la tentación proteccionista prolongaría y agravaría la crisis y reduciría la capacidad de crecimiento mundial a medio plazo”.

En su opinión, ya se han dado pasos relevantes: la relajación de las políticas monetarias, el fuerte aumento de la liquidez suministrada por los principales bancos centrales o los programas fiscales en distintos países Ѣ€“y especialmente en Estados Unidos-, “que representan un estímulo significativo para la economía global”.

“Además de estas líneas, que habrán de mantenerse y aún reforzarse en el futuro, es fundamental abordar los problemas de solvencia de las entidades, fortaleciendo el capital de aquellas que lo necesiten y afrontando el necesario redimensionamiento del sector”, comentó el presidente de BBVA.

Ayudas públicas limitadas

“Estas medidas Ѣ€“añadió-, seguramente, habrán de tener un alcance y unas características diferentes en cada país, dependiendo de su situación y sus necesidades. Pero, también aquí se requiere un alto grado de coordinación internacional, particularmente en el ámbito europeo, para mantener el “level playing field”. Debo decir que, hasta ahora, esa coordinación ha sido insuficiente y que corremos el riesgo de crear distorsiones serias de la competencia en el mercado financiero europeo”.

En este momento de su intervención, recordó que a diferencia de otros sistemas bancarios, en el español no han aparecido hasta ahora problemas de solvencia. “En términos relativos Ѣ€“aseguró-, nuestro sistema bancario es sólido y está bien capitalizado. Hemos de asumir, sin embargo, que la duración y la profundidad de la crisis serán las que determinen si, finalmente, emergerán dificultades de solvencia en algunas entidades”.

“Por tanto Ѣ€“afirmó-, hemos de estar preparados y tener a punto los mecanismos para abordar de forma rápida y eficaz estos problemas, con los menores impactos negativos sobre el conjunto del sistema”.

A su juicio, entre estos mecanismos habrían de incluirse las ayudas públicas. “Ahora bien Ѣ€“explicó-, estas ayudas “de capital” deberían ser temporales y condicionadas a un plan bien articulado de saneamiento y reestructuración de la entidad afectada. Desde mi punto de vista, la mejor opción es la ya probada en la crisis bancaria de los 70-80: la intervención y el saneamiento por parte del Fondo de Garantía de Depósitos, seguido de la vuelta al sector privado de la entidad ya saneada”.

Como conclusión, Francisco González señaló: “Afrontamos una crisis de profundidad y duración inciertas, pero que, en cualquier caso, es la más grave a nivel global desde la gran depresión de los años 30. Contamos, sin embargo, con más conocimientos, más recursos y mejores herramientas que entonces. El éxito va a depender, fundamentalmente, de nuestra capacidad para coordinarnos a nivel internacional y para trabajar en cada país todos juntos: gobiernos, partidos políticos, empresas, sindicatos, ciudadanos y todos los componentes de la sociedad civil”.




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