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Jubilación de pensiones y despido de salarios.

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 03 de Febrero En el fondo, fondo, fondo, lo que subyace en la ¿polémica? del alargamiento de la edad de jubilación son sólo dos cosas: ilustración 1) el sistema de pensiones fue diseñado en un escenario en el que los pensionistas sobrevivían poco tiempo a su jubilación, y 2) la evolución del sistema de pensiones desembocó (así debía de ser) en una época en la que era conveniente el consumo de todo por parte de todos, por lo que un "pensionista bien remunerado" era el objetivo.

Cuando el canciller del Imperio Alemán Otto von Bismarck instituyó, en 1883, lo que equivocadamente se ha considerado el antecedente del actual sistema de pensiones (equivocadamente porque el único objetivo de Bismarck y de la burguesía alemana era frenar las reivindicaciones de una miserizada población -en 1880 la tasa de pobreza en el Imperio era del 80%- azuzada por un pujante SPD), la persona jubilada sobrevivía unos pocos meses a su jubilación; hoy, en España, sobrevive más de veinte años.

Por otra parte, pero a la vez, el consumo ya no juega el papel que hace unos años jugaba, ni el de los jubilados ni el de nadie, y menos papel va a jugar en los próximos años; es decir, dar pasta para que la gente mayor consuma aún a costa de desperdiciar recursos a fin de obtener pingу¼es beneficios, ocupar población activa en el sector de tercera edad y, de paso, conseguir votos de jubiladas/os contentos, cada vez va a llevarse menos.

La unión entre las dos razones anteriores es la sostenibilidad. No es sostenible económicamente el actual sistema, ni lo es desde la eficiencia. Económicamente no lo es porque la cantidad de pasta que se puede dedicar a pensiones no es infinita, pero, además, y principalmente, porque cada vez va a haber menos pasta que recaudar debido a que cada vez va a ser necesaria menos población ocupada. Eficientemente tampoco lo es porque los recursos a disponer serán crecientemente escasos por lo que habrá que priorizar en qué se gastan.

¿El mañana de las pensiones?. Habrá personas que siempre, desde que nazcan, estarán jubiladas, y su acceso a los recursos será bastante limitado.  La esperanza de vida, pienso que decrecerá a medida que el modelo de protección social vaya declinando: a medida que a él se vayan dedicando menos recursos. En cuanto al depósito de votos que los jubilados representan pienso que su importancia va a ir a la baja a medida que la toma de decisiones se tecnifique.

¿Negro panorama para las pensiones?. Pienso que cada época tiene sus elementos. En el Sistema Feudal la servidumbre era esencial para el funcionamiento del sistema, en la fase del Sistema Capitalista que desde los años 50 hemos vivido lo han sido las pensiones de jubilación. Cuando Los Tudor pusieron en marcha la reforma agraria que acabó con la gleba (al menos formalmente) el Sistema Feudal fue oficialmente enterrado; ahora con el principio del fin de las pensiones estamos ayudando a enterrar una forma de funcionar.

En época moderna nuestro sistema de pensiones fue inventado por Roosevelt: como moneda de cambio para atraerse el apoyo de los sindicatos a fin de que los obreros apoyaran sus medidas: el New Deal. Después las pensiones han servido para tener consumidores extra, hijos liberados de responsabilidad económica, y, también, para conseguir votantes leales. Ha estado bien, pero ahora a las masas miserizadas se les puede y se les podrá calamar de otras maneras, el hiperconsumo ha dejado de ser necesario, y las medidas a adoptar, más que en Parlamentos, serán decididas en salas de reuniones.

Y, ¿qué quedarán de las pensiones?, pues un subsidio equiparable, asimilable, al de subsistencia, pienso; el “apoyo familiar” (quienes entonces cuenten con una familia que quiera/pueda atender al pensionista; y “seguir en la brecha” hasta el final. Como masantes, si, en este aspecto, como masantes.

Y esto, claro, se une a la rebaja salarial que (en España, hoy, mañana en todas partes) se está dibujando en el horizonte a fin de que la economía del reino pueda recuperar competitividad: lo ha dicho el FMI. ¡Le encuentro fortísimo!: hasta las niñas y niños de pre-escolar saben que hoy la competitividad se incrementa aumentando la productividad; si el FMI nos dice eso lo que nos está diciendo es que la economía española es incapaz de hacer crecer su productividad (pienso que, en líneas generales, es cierto) y que la única forma que le queda es la estándar de los países subdesarrollados: rebajando costes laborales; pero como ahí siempre nos van a ganar, lo tenemos clarísimo.

Lo dicho: jubilaciones más tardías de jubilados no necesarios remuneradas con pensiones a la baja; salarios en descenso a fin de ganar una competitividad imposible; desempleo creciente por necesidad decreciente del factor trabajo de una economía, la de aquí, dependiente; recaudación fiscal a la baja debido a una actividad económica menguante; y hay quienes dicen que a base de leyes esto “se arregla” y que dentro de cinco años volveremos a estar como estábamos; ya, y mañana saldrá el sol por el Oeste. 

(En el aumento del desempleo registrado ha contribuido el tiempo atmosférico. Cuando he leído eso, ¿saben que acudió raudo a mi mente?, pues aquella vieja culpable de tantas cosas: “la pertinaz sequía”).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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