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¿Por qué ahora?

Santiago Niño Becerra - Jueves, 21 de Enero Los controladores de vuelo españoles: ilustración son los más caros de Europa y tienen la productividad más reducida de los quince, lo dijo recientemente el Ministerio de Fomento, ¡que horror!, ¿no?. Pero teniendo en cuenta que esa situación no nació ayer, ¿por qué ha salido a relucir ahora?. Yo tengo una teoría, perversa, claro.

Mi teoría dice que detrás del admitido plan del Ministerio de reducir la remuneración de los controladores por el lado de reducir las horas extras que realizan (ahora se preguntarán el motivo de que hagan horas extras) se halla la pretensión de reducir las tasas aeroportuarias, con lo que se podrá, se piensa, ganar “competitividad turística”: abaratar la estancia del turismo que venga al reino.

No entro en si la remuneración de los controladores aéreos es excesiva o no, para determinar eso: la valoración de un puesto de trabajo, existen métodos científicos, pero de ser cierta mi teoría, niego la mayor, como en Filosofía: el turismo está cayendo en España y va a continuar cayendo porque la relación calidad-precio de la oferta turística española está orientada al colectivo que más va a padecer las consecuencias de la crisis. Punto.

Más. Ahora resulta que “las economías emergentes” (¿a quién se le ocurriría denominar así a los países subdesarrollados?) constituyen la esperanza del planeta para salir de la crisis en la que está entrando ... ¡el planeta!.

Vamos a ver, ¿cómo es posible que economías que viven de exportar commodities, que subsisten (una parte de ellas) de producir y de exportar bienes de bajo valor, que tienen sistemas financieros basados en el crédito y/o muy tocados, que son destino de especuladores inmobiliarios y bursátiles, que cuentan con sistemas sociales cuasi inexistentes o inexistentes en absoluto y con distribuciones de la renta como las existentes en el siglo XIX, que padecen tasas de pobreza espeluznantes, que sufren niveles de corrupción tremebundos, sean las áreas que van a salvar al planeta del caos económico?.

Mis opciones: o todo está más peor de lo mal que se creía y se dice esto de “los emergentes” por decir algo que suene lo suficientemente exótico como para despistar, o todo está, aún, mucho más peor y ya da igual lo que se diga. Ahora toca el decoupling (ya tocó hace un par de años, y fue un bluff) del mismo modo que hasta hace dos años y medio Irlanda era la maravilla maravillosa de Europa, y ya ven en que ha acabado el Tigre Celta.

Más. La entrevista a la Consellera de Trabajo de la Generalitat de Catalunya que publicó el suplemento sobre Cataluña de El País del 04.01.2010 (http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Hay/indicios/economia/sumergida/creciendo/elpepiespcat/20100104elpcat_1/Tes/), muy buena, mucho. La Señora Mar Serna aporta un punto de vista novedoso: si una persona desempleada aumenta su nivel formativo su probabilidad de encontrar empleo aumenta, lo que en teoría es cierto, la novedad radica en que, prácticamente, identifica aumento de cualificación con obtención de empleo; lo que no comenta es como se puede digerir eso en un entorno de exceso de oferta de trabajo como es el actual.

Lo que no es novedosa es la repetición de una idea que casi todos los políticos y muchos expertos están repitiendo últimamente: “lo peor de la crisis ha pasado” ... pero “costará años recobrar el nivel de ocupación de antes de la crisis” (la Señora Serna dice que en “anteriores crisis” se tardó entre cinco y siete años). Bien, saben lo que pienso: lo que ahora estamos viviendo es un período de precrisis, la crisis como tal comienza a mediados del año en curso, pero dejando al margen este tema, lo del empleo se las trae.

España consiguió alcanzar un “mágnífico” nivel de desempleo del 9% (sin contar el paro encubierto ni el subempleo) a base de hacer pisos, a base de que la población se endeudase hasta las pestañas, a base de que turistas piripis armasen todo el follón que quisieran en zonas “turísticas”, a base de exportar el 80% de los automóviles de medio valor que se ensamblaban en sus 18 plantas, y a base de enviar al exterior unos productos agrícolas que a partir de ahora van a tener mucha competencia; así, mayormente, consiguió crecer España y crear empleo (y Cataluña, también). Cuando la Señora Consellera habla de recuperar el nivel de empleo, ¿estará pensando en que la economía del reino vuelva a utilizar el mismo esquema?. En la entrevista no lo aclara.

También se refiere al “modelo alemán”: dice que hay que “adaptarlo a algunos temas”. El modelo alemán, ya saben: reducir horas de trabajo para despedir a menos gente y que el Estado pague la diferencia salarial. Pienso que la Señora Serna, como otros políticos, no tiene en consideración que las estructuras económicas alemana y española son completamente diferentes: en Alemania, hoy, fundamentalmente sobran horas de trabajo, en España, fundamentalmente sobran personas para trabajar (en Alemania, mañana, pienso que pasará lo mismo que en España, pero eso es otra historia).

En otra parte de la entrevista y en respuesta a una pregunta del entrevistador dice que sí, que hay que vincular salarios y productividad; lo que no dice nada es sobre como va a aumentar el valor de lo fabricado, ni sobre como van a invertir las empresas en tecnología y en organización para que sus trabajadoras y trabajadores aumenten esa productividad. (Dejando a un lado que si la productividad crece lo que hoy se entiende por desempleo aumenta).

También dice que “hemos agotado la bolsa de contratos temporales”, y pienso que no: en España la tasa de temporalidad se halla en el 25% y en Cataluña en el 17%, pienso que va a generarse más desempleo por el lado de la no renovación de contratos temporales y a través de la destrucción de empleo temporal, para, después, asistir a crecimientos espectaculares de la tasa de temporalidad a costa del empleo a tiempo completo, ¿el motivo?: utilizar, en este caso factor trabajo, cuando necesitar.

Y, también, habla de que la economía sumergida está aumentando: lógico: los costes son menores: se gana competitividad; y existe un exceso de capacidad productiva. Se quiere frenar ese crecimiento: a más economía negra, menor recaudación fiscal, pero va a ser muy difícil, incluso en términos políticos: el Gobierno de donde sea, ¿estará dispuesto a aceptar un aumento del desempleo como consecuencia de la persecución a muerte de la economía sumergida?.

Insisto. Una entrevista muy buena.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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