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Portugal, al borde del abismo, se aferra a la austeridad

Reuters - Jueves, 28 de Junio

El tradicional fado portugués está cobrando un nuevo significado con la crisis económica del país, ya que diferentes variantes de las canciones melancólicas ofrecen una salida a los jóvenes ante la implacable austeridad.

"Vengo de una generación sin ingresos", dice la letra de "Que Parva que sou" (Qué tonto soy) del popular grupo Deolinda, inspirado en el fado, que medita sobre las perspectivas cada vez más negras de uno de cada tres menores de 25 años que no tienen trabajo.

La crisis de la eurozona ha llevado a Portugal a su recesión más profunda desde los años 70, mientras el desempleo se sitúa en un récord de 15% y el Gobierno de centroderecha recorta el gasto de forma drástica para cumplir con un acuerdo de rescate por 78.000 millones con el FMI y la Unión Europea.

Aún así, las huelgas y las protestas contra la austeridad, que incluyen recorte de salarios de hasta un 20 por ciento para funcionarios, han sido relativamente discretas comparadas con las registradas en países como Grecia o España.

Mientras que los ultraizquierdistas del Parlamento y los principales sindicatos organizan huelgas con baja participación, el ambiente general, hasta hace poco, se resumía en el fatalismo expresado en canciones como "Que Parva que sou".

El Gobierno, elegido el año pasado con la clara advertencia de que lo más duro estaba por llegar, está decidido a cumplir los objetivos fiscales del rescate y no ve más alternativa que seguir adoptando las mismas medidas.

"Hemos recibido un país al borde del abismo, nuestra obligación es hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que con la ayuda de los portugueses podamos ser capaces de transformarlo en un país libre y autónomo", dijo el ministro de Exteriores Paulo Portas.

Un compromiso tan inquebrantable con las reformas implica que Lisboa obtiene buenas notas en Berlín y Bruselas, pero las críticas a la austeridad están empezando a extenderse más allá del fado, y, lo que es más importante, el abismo sigue ahí.

AHOGADOS

"Nadie está poniéndose en contra de la moneda única, pero se están volviendo contra el sistema de austeridad (de Europa)", dijo Mario Soares, de 87 años, el estadista socialista portugués, considerado por muchos el padre de su democracia moderna.

Los líderes empresariales están pidiendo cada vez más que los objetivos presupuestarios se cambien o se relajen para evitar matar al paciente con la austeridad e instan a Europa a adoptar acciones para acabar con la crisis.

"Personalmente creo que el BCE debería inyectar dinero en esos países", dijo Alexandre Soares dos Santos, el segundo hombre más rico de Portugal y presidente de Jeronimo Martins, la segunda mayor empresa minorista portuguesa y la mayor de Polonia.

¿Por qué tres años y no cinco (para cumplir con los objetivos de reducción de déficit), si puedes reducir el número de desempleados?", preguntó, diciendo que el Gobierno necesitaba más tiempo para distribuir su dura medicina.

José Avelino, de 45 años, que conduce un autobús turista, dijo que la gente se está desesperando cada vez más. "Nos hemos ahogado con las medidas".

Aún no hay signos de descontento que alimenten grandes huelgas o protestas y no hay señales de disidencia en el seno de la coalición de centroderecha, que tiene mayoría absoluta en el Parlamento.

El anterior gobierno socialista cayó el año pasado después de que Portugal se convirtiera en el tercer país de la zona euro - después de Grecia e Irlanda - en pedir un rescate debido a que los costes de financiación se habían disparado debido a sus altos niveles de deudas.

El país ha aprobado el "pacto fiscal" de disciplina presupuestaria europeo y el Gobierno ha dicho que apoyaría una unión fiscal y política más estrecha, aunque considera sus prioridades las reformas económicas y arreglar las finanzas estatales.

"La primera obligación de un país es mantener su palabra, honrar y cumplir los términos de su programa (de préstamo)" dijo el lunes el primer ministro en el Parlamento.

El problema es que pese a los últimos esfuerzos de Portugal, continúa siendo el segundo país con más riesgo de la zona euro después de Grecia, en términos de diferencial de deuda. El rendimiento de los bonos portugueses a 10 años están en el 9,7%, por encima de la vecina España al 6,7 por ciento.

Eso hace que sea especialmente vulnerable a nuevas intensificaciones de la crisis de la zona euro, ya sea en Grecia o en España, su mayor mercado de exportación.

/Por Axel Bugge/




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