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CHINA, CUARTA PARTE ? y 4

Santiago Niño Becerra - Viernes, 17 de Febrero

Por todo ello, mi amigo y antiguo alumno recomienda, encarecidamente, a las compañíт­as que están considerando ir a China que consideren su decisión desde todos los ángulos posibles; es decir, que valoren si les resultará rentable ir, teniendo en cuenta todos los riesgos.

Por eso recomienda que si se toma la decisión de no construir una planta en China que sea controlada por occidentales que conozcan el idioma (la mejor opción), que no se interrumpa totalmente la producción de los bienes que van a ser contratados en China, y que siempre se opere con más de un suministrador.

Por eso exhorta a que se instale un almacén en China controlado por personas de total confianza: hará de regulador en función del cumplimiento o no cumplimiento de los plazos de entrega, y evitará recibir mercancíт­as cuya calidad y caracteríт­sticas no se ajusten a lo estipulado, también asegurará el plazo de entrega y mantener unos stocks de seguridad a un precio más razonable.

Por ello no se cansa de repetir que tan sólo se opere a través de carta de crédito y que se evite, dentro de lo posible, entregar cantidad a cuenta alguna y, que de tener que entregarse, sea lo más reducida posible.

Tampoco se cansa de decir que, en las negociaciones con empresas chinas, se abstenga de suministrar información de otros proveedores, datos sobre precios ofrecidos por otra competencia, sobre precios actuales de compra, sobre plazos de pago, asíт­ como cualquier otro tipo de información, por nimia que esta parezca; nunca debe darse ese tipo de información pero, en las negociaciones con posible suministradores chinos, menos que nunca.

A lo anterior añadan otro elemento que toda aquella compañíт­a que considere ir a China jamás debe olvidar: para cualquier paso que den en China, para cualquier paso que sea más complejo que rascarse la nariz, deben contar con una red de relaciones. En la práctica, todo en China es susceptible de ser obtenido a través de alguien que conoce a otros, siendo uno de esos otros alguien que conoce a uno que conoce a alguien con quien se debe hablar, o a alguien que debe firmar el papel que se necesita, o a alguien que puede conseguir el permiso para tal cosa, o a alguien que permitirá que lo que ahora es que no, luego sea que síт­. Eviten obrar de este modo, pero no olviden esta realidad.

La corrupción en China, en la inmensa mayoríт­a de los casos, no consiste en dar un sobre por debajo de la mesa, se genera en esas redes de relaciones que han nacido tras siglos de defensa contra una élite tiránica y que hoy han evolucionado hasta convertirse en una manera efectiva de obtener lo que en Occidente es normal; mi amigo y antiguo alumno no se cansa de repetirlo; no practiquen esa forma de actuar, pero no la olviden.

Bueno, hemos llegado al final. Mediten sobre lo leíт­do y únanlo a lo ya dicho en las otras tres entregas. No digo que hayamos finalizado el tema de China: casi puedo asegurar que habrá, al menos, una quinta entrega.

(Y otra cosa. Uds. son afortunados: están leyendo la verdad de lo que en China sucede; otros no supieron lo que Uds. ya saben; ¡y bien que lo han lamentado).

¡Ah, se me olvidaba!. La razón por la que tan pocas compañíт­as españolas construyen plantas en China es la reducida dimensión media de la empresa española. Existe otro motivo (en gran medida consecuencia del anterior): la inversión que tal decisión comporta; en otras palabras: es infinitamente más barato contratar que invertir, aunque ello tan sólo sea cierto a corto plazo.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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