LA REALIDAD

De entre los artíт­culos que se publican en los diferentes medios, algunos, son buenos; unos pocos, muy buenos; y poquíт­simos, requetebuenos; entre estos últimos, hay que referirse a uno publicado en El Paíт­s del 07.01.2006 de tíт­tulo "Hablemos del déficit exterior" y cuyo autor es el profesor José Antonio Alonso. Si no lo han leíт­do, léanlo. (He tardado en comentarlo para que tenga más actualidad; y no es un contrasentido).

¿Qué dice el artíт­culo?. Se lo resumo:

• Lo que España produce, o bien cada vez es menos interesante en el exterior, o los precios a que España ofrece en el exterior lo que produce son cada vez menos interesantes; el reflejo de esto se halla en la continuada pérdida de cuota de las exportaciones españolas.

 

 Crecientemente, el reino está importando para ?gastar', no para ?invertir', es decir, las importaciones del reino se están convirtiendo en finales, no en intermedias.

 

• Los costes con que España produce lo que podríт­a exportar dan lugar a unos precios de venta mayores a los que los posibles clientes de España pueden obtener los bienes y servicios que produce España.

 

• Si el reino incrementa su presión fiscal, empeorará sus posibilidades exportadoras, en esa líт­nea, el reino deberíт­a reducirla; pero, de hacerlo, los ingresos fiscales se resentiríт­an, lo que aumentaríт­a la brecha entre el gasto público per cápita español en numerosos rubros en comparación con varios paíт­ses de la UE.

 

• Uno de los problemas de los que adolece la competitividad española es el diferencial de inflación con la UE, y una víт­a -la víт­a- para reducir ese gap pasa por incrementar la productividad, sin embargo, ¿soportaríт­a la sociedad española las consecuencias de un incremento de productividad?.
  

 

• A estas alturas del déficit exterior español -7,5% del PIB-, un hecho es obvio: lo que España produce es caro en el exterior, por tanto, ante España se abren dos opciones: 1) continuar produciendo lo mismo que ahora produce pero a costes menores o, 2) producir otras cosas, al menos, manteniendo los costes.

Uno de los superméritos del artíт­culo de profesor Alonso es que explica muy bien el problemón de España: la inadecuada composición de la oferta española, y la alternativa que el reino tiene: modificar esa composición, como Finlandia e Irlanda hicieron. El problema estriba en que la población española, no asciende a 5,5 millones de habitantes, como la finlandesa, y en que España no ha descendido su impuesto sobre beneficios empresariales en un 60%.

No es la primera vez que lo digo: mal asunto.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.