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WAL-MART Y EL CASCABEL

Santiago Niño Becerra - Jueves, 13 de Abril

La cadena de distribución al detall USA WAL-MART ha anunciado su intención de abrir una catarata de centros en la República Popular China (el nombre oficial de China, continúa siendo ese), debido a que, dice, tiene problemas de crecimiento en su paíт­s de origen; de ahíт­ que esté diseñando una estrategia para expandirse en el exterior y, especialmente, en China.

Curiosa la políт­tica de empresa de la cadena. Un antiguo alumno de la Facultad, hace algún tiempo, estuvo trabajando un año y medio en USA. Mientras allíт­ estuvo, me relató, compartió apartamento con un colega, canadiense, creo. Un par de meses antes de que mi antiguo alumno finalizase su contrato, lo acabó el colega y preparó sus bártulos para irse a otro sitio.

Una de las pertenencias del canadiense (supongamos que lo era), consistíт­a en un aparato reproductor de música, eso que llaman minicadena, que habíт­a adquirido, en Wal-Mart, hacíт­a, más o menos, medio año, y cuyo aspecto denotaba un uso intensivo. Mi antiguo alumno le preguntó que pensaba hacer con ella y el otro, sin inmutarse dijo: "Devolverla". Mi antiguo alumno se quedó atónito pero nada comentó al respecto y le ayudó a cargarla en el automóvil que también compartíт­an.

Llegados al centro Wal-Mart en el que se habíт­a producido la adquisición, el canadiense depositó la minicadena y el resguardo de compra sobre el mostrador de reclamaciones y, como quien dice, "póngame un café", solicitó la devolución del importe pagado. Mi antiguo alumno pensó que en aquel momento empezaríт­an a lloverles improperios, pero no, el empleado comprobó algo en un ordenador y puso ante el devolvedor un puñado de dólares, dólares que el canadiense se metió en un bolsillo.

Wal-Mart está recibiendo crecientes críт­ticas en USA, tanto por discriminación sexual, como racial; tanto por depredar el espacio, como por pagar salarios de miseria; tanto por implantar unas condiciones de trabajo manchesterianas, como por provocar el hundimiento del 40% de las tiendas que están a la vera de sus centros; vale, Wal-Mart es malíт­simo, síт­, pero, ¿hay alguien que venda a sus precios y que tenga sus condiciones de venta?. En otras palabras, los consumidores USA, ¿odian a Wal-Mart?.

Claro, que eso tiene su cruz: pregunten a sus proveedores si están muy satisfechos con su políт­tica de compras; aunque eso también tiene su reverso: si esos proveedores suministran al gigante, por algo será.

Los ?poderes públicos' (¿quiénes son ésos?), aquíт­, allá y en todas partes, están pasando de puntillas sobre el tema de las grandes superficies. Ayudan a que las estadíт­sticas de desempleo no sean más elevadas (independientemente de las condiciones del empleo que crean), dinamizan áreas (aunque destruyan paisajes) y venden barato (lo que contribuye a que la inflación no sea tan elevada). Por tanto, ¿quién le pone el cascabel al gato?, perdón, ¿a Wal-Mart?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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