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?Yo, ¡por menos!?

Santiago Niño Becerra - Martes, 30 de Mayo

(Ya se lo he contado en otra ocasión; hoy, lo recuerdo).

El título de hoy es el grito que lanzaban los aspirantes a ser contratados para trabajar una jornada -en aquellos tiempos lejanos de la I Revolución Industrial-, cuando el capataz salía a las puertas de la fábrica y, ante una muchedumbre expectante, anunciaba el salario del día y el número de los que iban a ser contratados; cuando el número de los escogidos se aproximaban al fatídico guarismo, alguien del fondo lanzaba el mencionado grito.

 

"Eran otros tiempos", dirán, y sí, eran otros tiempos, pero, puede que el retorno de la situación no resulte tan imposible, porque, en una macabra variante adaptada al siglo XXI, ya se está produciendo a lo largo de la geografía planetaria. El penúltimo lugar en el que una moderna variante del grito ha podido ser oído, ha sido en una de las regiones más ricas del Reino de España: Cataluña.

 

El pasado día 31 de marzo, el millar de trabajadoras y trabajadores de la compañía ACC Spain, la antigua Unidad Hermética (UH), y a fin de que la actividad en la empresa pudiera continuar, aceptaron la doble escala salarial que distinguirá a los actuales de los nuevos trabajadores, así como una subida salarial por, debajo de la inflación, en el 2006 y 2007. A cambio de eso, la empresa madre reducirá deuda de las plantas españolas, los Gobiernos del reino y de la región meterán pasta para que sea dedicada a I+D+i, y la matriz invertirá a fin de desarrollar nuevos modelos de la especialidad a la que UH se dedica: compresores para frigoríficos. A mi, para serles sinceros, todo esto me suena fatal.

 

Tal y como yo lo veo, la matriz no sabe como sacarse un muerto de encima sin provocar una catarata de acusaciones tremebundas, los políticos -todos- no quieren que el follón les estalle a ellos, las trabajadoras y trabajadores lo único que quieren es no quedarse sin empleo. Por eso, y repito, según mi parecer, lo que todos buscan es ganar tiempo: los trabajadores han aceptado lo que se les ha dicho a la espera de un milagro, los políticos han comprometido un dinero -que ha salido de los impuestos pagados por todos- con la esperanza de que puedan salvarse mil empleos, la sociedad propietaria propone, acepta, promete, recibe… y espera.

 

Recuerden esta fecha: en mi opinión, la antigua Unidad Hermética no durará un año a partir de hoy; a pesar de la pasta que van a dedicar los políticos, a pesar de los compromisos de la compañía, a pesar de la voluntad de los trabajadores.

 

En el siglo XIX, el "Yo, ¡por menos!", podía funcionar y propiciar un jornal a cambio de catorce horas de trabajo en unas condiciones que hoy es difícil de imaginar; hoy, aquí, en Cataluña, por ejemplo, no se dan esas condiciones, pero, el grito en cuestión, aunque se lance, tampoco sirve para gran cosa; ¿o sí?. (Me lo han contado, es decir, no tengo ninguna prueba objetiva: en el reino, en Cataluña, ya se está pagando para ser contratado. ¿Habremos inventado una nueva consigna?: "Yo, ¡por mucho menos!").

 

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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