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USA ? 2: SINDICATOS

Santiago Niño Becerra - Jueves, 10 de Noviembre

Existe un paíт­s en el que, desde hace casi setenta años, lo que antes se denominaba ?el empresariado', el Estado y lo que antaño se denominó ?el poder obrero' conviven en armoníт­a (últimamente, más menos que más, pero bueno); ese paíт­s es Suecia.

En 1939, en Suecia, se cerró un acuerdo a tres bandas según el cual el sindicato LO pasó a desempeñar un poder muy superior al que ya teníт­a, debido a que se convirtió en firmante de un pacto y en garante de su cumplimiento; al igual que los otros dos firmantes: la burguesíт­a y el Estado; en otra ocasión ya hemos hablado en lacartadelabolsa de los acuerdos de Saltsjobaden. Era otra época y eran otros tiempos. Hoy, en USA, los sindicatos están de capacaida, como en otros paíт­ses.

Las agrupaciones sindicales de trabajadores tuvieron su época en los 60, no antes. El movimiento obrero de finales del siglo XIX y principios del XX, a pesar de su combatividad, tan sólo obtuvo avances en la situación de la clase obrera cuando la burguesíт­a consideró procedente concederlos, y ello sucedió cuando la productividad comenzó a crecer de forma ostensible. En los 60, en plena Guerra Fríт­a, con el crecimiento disparado en todo el mundo y con un capitalismo que lo que más necesitaba era estabilidad, el poder sindical creció y con él las mejoras laborales de sus afiliados; pero todo eso acabó.

El sindicalismo en USA, a pesar de lo que tradicionalmente se piensa, siempre ha sido muy, muy combativo (¿saben Uds. de algún paíт­s europeo en el que los sindicatos hayan paralizado todos los puertos de toda una zona, en USA lo hicieron: en el 2002 los sindicatos de estibadores paralizaron todos los puertos de la costa del Pacíт­fico), pero su combatividad ha estado centrada, exclusivamente, en temas económicos, sin meter ni una sola brizna de políт­tica en sus reivindicaciones. Pero hoy la postglobalidad ha eliminado la necesidad para el sistema económico de las agrupaciones sindicales: antes, el sistema precisaba tener agrupado al factor trabajo, hoy precisa tenerlo disgregado a fin de tomar, flexiblemente, los trozos de trabajo que en cada momento necesita.

USA es el lugar donde antes se ha puesto de manifiesto este proceso, debido a dos hechos: 1) es el paíт­s que inventó la actual nueva forma de hacer las cosas y, 2) USA se formó movida por la fuerza de la individualidad concretizada en el llamado "espíт­ritu de frontera". La competencia es el ingrediente básico del modelo USA -"avance a toda máquina aunque revienten las calderas"-, más ahora, mucho más mañana; en un escenario como ese, ¿qué sentido tiene la agrupación de un factor, del trabajo, cuya necesidad, como bloque, es, y más va a serlo, decreciente?.

Tomen nota, pero no olviden el refrán: "Donde no hay harina, todo es mohíт­na".

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.


@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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